Estas estrategias funcionan muy bien para asegurar la supervivencia, pero inevitablemente acarrean cierto grado de sufrimiento.
Cuando una de estas estrategias encuentra problemas, recorren nuestro sistema nervioso señales de alarma que nos incomodan, a veces dolorosísimas, para colocar al animal otra vez en su camino.
Estos problemas ocurren continuamente, dado que cada estrategia contiene contradicciones inherentes, a medida que el animal intenta:
- Separar lo que está relacionado, para crear una frontera entre sí mismo y el mundo
- Estabilizar lo que siempre cambia, para mantener sus sistemas interiores dentro de los límites precisos
- Conservar placeres huidizos y evitar dolores inevitables, para aprovechar oportunidades y evitar amenazas
Pero el cerebro del ser humano, mucho más desarrollado, es un terreno fértil para albergar una gran cantidad de sufrimiento.
Solo los humanos nos preocupamos por el futuro, lamentamos el pasado y nos culpamos por el presente.
Nos sentimos frustrados cuando no podemos tener lo que queremos, y decepcionados cuando acaba lo que nos gusta.
Sufrimos porque sufrimos Nos molesta el dolor, no sentimos enfadados por la muerte, tristes por despertar tristes otro día.
Esta clase de sufrimiento, que abarca la mayor parte de nuestra infelicidad e insatisfacción, es construido por la mente.
Lo cual es irónico, patético, … Y maravillosamente esperanzador.
Virtud, atención plena y sabiduría
Si bien estos son los tres pilares de la práctica budista, también son las fuentes del bienestar cotidiano, del crecimiento psicológico y de la realización espiritual.
Virtud
Implica sencillamente regular tus emociones, palabras y pensamientos para crear beneficios y no dañarte a ti mismo y otros.En tu cerebro, la virtud se dibuja de arriba abajo desde el córtex prefrontal.
La virtud se apoyó también en calmarse de abajo arriba, desde el sistema nervioso parasimpático, y en las emociones positivas del sistema límbico.
Atención plena (Mindfulness)
Significa el empleo diestro de atención tanto a tu mundo interior como el exterior.Como tu cerebro aprende sobre todo de aquello a lo que prestas atención, la atención es el umbral para absorber experiencias buenas y hacerlas parte de ti mismo.
Sabiduría
Es sentido común aplicado, que adquieres en dos pasos.Primero llegas a entender lo que hiere y lo que ayuda, en otras palabras, lo que causa sufrimiento y el camino para acabar con él.
Después a partir de esta comprensión, te liberas de las cosas que hieren y refuerzas las que ayudan.
Esto trae como resultado que con el tiempo te sientes más conectado con todo, más sereno sobre como todas las cosas cambian y acaban, y más capaz de encontrar placer y dolor sin aferrarte el primero ni luchar contra el otro.
Por último, el desafío más sutil y seductor de la sabiduría es la sensación de ser un yo separado del mundo y vulnerable por éste.
Autoregulación, aprendizaje y selección
Virtud, atención plena y sabiduría están soportadas por las tres funciones fundamentales del cerebro: autoregulación, aprendizaje y selección.Tu cerebro se regula a sí mismo, y otros sistemas corporales, mediante una combinación de actividad excitatoria e inhibitoria: luces verdes y luces rojas.
Aprende formando circuitos nuevos y reforzando o debilitando los ya existentes.
Y selecciona cualquier cosa que la experiencia le haya enseñado a valorar; por ejemplo, incluso a una lombriz de tierra puede entrenársela para que elija el camino que evite un calambre.
Estas tres funciones, autoregulación, aprendizaje y selección, operan en todos los niveles del sistema nervioso, desde el intrincado baile molecular en la punta de una sinapsis hasta la integración de todo el cerebro en el control, competencia y discernimiento.
Las tres funciones están implicadas en toda actividad mental de importancia.
No obstante, cada pilar de la práctica se corresponde muy estrechamente con una de las tres funciones neuronales.
La virtud se apoya decididamente en la autoregulación, para excitar inclinaciones positivas e inhibir las negativas.
La atención plena conduce al aprendizaje, porque la atención da forma circuitos neuronales y echa mano del aprendizaje pasado para desarrollar una consciencia más firme y concentrada.
La sabiduría radica en un acertado proceso de toma de decisiones, como renunciar a placeres menores para lograr otros mayores.
Por tanto, desarrollar la virtud, atención plena y la sabiduría de tu mente depende de mejorar la regulación, el aprendizaje y la selección en tu cerebro.
Extraído del libro "El cerebro de Buda. La neurociencia de la felicidad, el amor y la sabiduría"
Autor: Rick Hanson y Richard Mendius