Una pequeña dosis de narcisismo siempre es buena a la hora de tomar decisiones ya que te hace sentirte más confiado.
La actitud positiva permite ver los éxitos (y los fracasos) con más claridad, llevar con entereza las derrotas y evitar caer en una actitud negativa que predisponga al vacío.
Las personas que luchan a diario con esa falta de confianza o timidez son a menudo las mismas que apenas hablan, se sienten pequeñas e intentan hacer el menor "ruido" posible.
La confianza en uno mismo es uno de los aspectos clave para mejorar la autoestima y poder afrontar cada día los retos a los que te enfrentas en la vida.
Muchas veces los conflictos diarios, las discusiones familiares o los problemas en el trabajo nos hacen perder la confianza en nosotros mismos.
Respecto a estos problemas, la psicóloga social de la Universidad de Harvard Amy Cuddy tiene un consejo sencillo pero muy útil para que este tipo de personas se sientan más seguras y asertivas.
Esta doctora obtuvo una excelente respuesta cuando dio una conferencia durante TEDGlobal en 2012, acerca de la importancia del lenguaje corporal aportando las evidencias científicas existentes detrás de las de nominadas “poses de poder”.
Su investigación, realizada de forma conjunta con la doctora Dana Carney, lega a la conclusión de que el asumir poses de poder como la de “wonder woman” (donde colocas tus pies paralelos a tus hombros y las manos en la cintura con los brazos en jarra) o poses que ocupan mucho espacio como la “man-spread”, altera los niveles hormonales en el cerebro en tan solo dos minutos.
La persona se sentirá más segura, con más carácter y menos estresada, tal y como cuentan las expertas al diario Independent.
Este comportamiento es especialmente común entre las mujeres: "Ellas son mucho más propensas a sentarse de manera cabizbaja que los hombres. Se sienten crónicamente menos poderosas que ellos. Normalmente los hombres suelen tener una postura más expansiva", dice la doctora Cuddy.
El problema es que el proceso funciona en ambos sentidos: no solo el sentimiento de impotencia les hace asumir poses de "baja autoestima", sino que estas también harán que se sientan peor. ¿Cómo se puede romper este círculo vicioso?
Rutina diaria
Si cada mañana luchas contra la tensión, la impotencia o la desconfianza, la doctora destaca lo importante que son las poses de poder en tu rutina.
Comienza a adoptar estas rutinas en el momento en que sientas que salta una alarma en tu interior avisándote de que estás sometido al fenómeno de inferioridad.
Inmediatamente adopta la siguiente pose: estira tus extremidades para hacer tu cuerpo tan grande como puedas. Sentirse poderoso se inicia con la noche anterior.
Es momento de olvidar la posición fetal. Dormir de lado con tus brazos y piernas encogidos hacia el torso es considerado como una posición de bajo poder.
Puedes levantarte sintiéndote sensible y vulnerable sin entender por qué, lo cual no es una buena forma de enfrentar los competidos espacios laborales.
Cuando te levantes, estírate un minuto antes de poner los pies en el suelo, explica Cuddy.
La pose de poder alternativa es la que se denomina "Marissa Mayer", que te hace sentir más grande y, por tanto, más poderoso.
Se trata de poner tus brazos detrás de la cabeza.
Tales "poses de poder" hacen que ocupes más espacio y puedas cambiar la forma en que el cuerpo funciona.
Las dos hormonas clave estimuladas por las posturas de baja y alta potencia son la testosterona, hormona de la dominación que te hace sentir más seguro y propenso a correr riesgos, y el cortisol u hormona del estrés, que te hace reaccionar ante las diferentes situaciones.
"Los machos alfa de alto rango en las jerarquías de los primates tienen la testosterona alta y el cortisol bajo, al igual que los líderes eficaces y poderosos", comenta Cuddy.
Con el fin de investigar el efecto de la "postura de poder" en la mente, la doctora y sus colaboradores reunieron a varios voluntarios en un laboratorio y les pidió que asumieran ciertas posturas de alta y baja potencia durante dos minutos.
Tras posar se les pidió participar en algunos juegos de azar y se les extrajeron muestras de saliva para medir sus niveles hormonales.
Cuddy descubrió que aquellos que habían asumido posturas de "alta potencia" aumentaban a los dos minutos un 20% sus niveles de testosterona mientras sus niveles de cortisol caían en un 25%.
Además, eran un 20% más propensos a apostar en juegos de azar que los que adoptaban posturas contrarias. Aquellos que tomaron posturas bajas, habían experimentado una disminución del 10% en la testosterona y un aumento del 15% en cortisol.
Hay otras muchas maneras de trabajar el lenguaje corporal de poder en tu vida tras salir de la cama.

Para hablar en una reunión: Cruza tus brazos en tu pecho y haz tus hombros para atrás.
Esta postura puede ayudarte a afianzar tu argumento en una reunión. La postura de tus hombros en esta posición es clave para modelar la manera en que los observadores interpretan los brazos cruzados.
Si los hombros están hacia adelante, los demás interpretarán una señal de debilidad, enviando la señal de que estás asustado. Pero si giras tus hombros hacia atrás y mantienes la cabeza alta, los brazos cruzados se convierten en señal de confianza.
Cuddy dice que es importante abrir las manos para extender completamente tu brazo, tomando espacio, y no poner el codo en la mesa. Las mujeres tienden a doblar el brazo más que los hombres.
Para cerrar un trato: Pon tus manos sobre la mesa e inclínate hacia adelante.
Cuando te encuentres en la última parte de una presentación y estás preparándote para entregar una oferta, toma esta pose. Inclinarte hacia adelante mientras estás parado demuestra que estás en una posición de dominio.
Para entrevistas: Planta tus pies abiertamente y sube los brazos en forma de V.
Hacer esta pose de poder en la oficina del entrevistador puede tomarse como algo ofensivo, señala Cuddy; pero hay una alternativa que la psicóloga denomina "El Performer" en honor a Mick Jagger.
Antes de la entrevista, lanza tus brazos al aire y expándete, como si estuvieras recibiendo los aplausos en un concierto. Hazlo en el ascensor o en las escaleras cuando estés yendo a la oficina, o en el baño antes de entrar a la recepción.
Mantén la pose por dos minutos y pon a trabajar esos cambios hormonales que te darán la confianza que necesitas en la entrevista.
Para hablar con tu jefe: Saca el pecho, planta tus manos en tu cadera y abre un poco los pies.
Cuando tu jefe se te una a la fila de la máquina de café, quizás te pongas nervioso pensando en mejores conversaciones que "¿Qué tal tu fin de semana?".
Canaliza tu superheroína favorita y aplica la pose "Mujer Maravilla". Sube tu barbilla para maximizar tu poder.
Esta pose tiene el efecto contrario a tocar tu cuello, lo que sugiere ansiedad y falta de control, que es considerado como la pose de poder más baja.
Para negociar un aumento de sueldo: Aprieta ligeramente tus párpados inferiores.
La última moda en lenguaje corporal es lo que el fotógrafo Peter Hurley considera como “entrecerrar levemente los ojos”. El video de Hurley, que ha sido visto más de un millón de veces, demuestra cómo cerrar un poco los ojos hace a las celebridades instantáneamente más fotogénicas.
"La confianza viene de los ojos", dice Hurley. "También el miedo". Cuando abres mucho los ojos, envías la señal de que estás nervioso; pero entrecerrarlos te ayuda a demostrar a tu jefe tu valor.
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