Síndrome E

Entre las muchas personas que se dedican a investigar las bases del comportamiento agresivo humano encontramos al neurocirujano Itzhak Fried del UCLA School of Medicine de California.

En 1997, Fried propone una interesante hipótesis explicativa para aquellos actos de crueldad y violencia perpetrados contra víctimas indefensas que no suponen amenaza alguna para el atacante.

Su trabajo, publicado en “The Lancet”, trata sobre el “Síndrome E”, un trastorno que según Fried podría explicar las pautas conductuales que emergen en sujetos que previamente no han tenido comportamientos violentos y que en situaciones límite son capaces de auténticas barbaridades y, después, volver a su hogar, donde les aguarda una familia, y hacer vida normal como si nada hubiese pasado.

¿Hay alguna explicación para estos comportamientos? ¿Puede una situación social provocar cambios en el cerebro y hacer que las personas normales, no violentas, pasen a ser ejecutores de actos de violencia inusitada?

El doctor Itzhak Fried, investigador del Brain Research Institute de la Facultad de Medicina de UCLA, cree que sí, que estos comportamientos podrían explicarse, al menos en parte, con lo que ha denominado "Síndrome E".

Según Fried, estos individuos, que suelen ser varones de entre 15 y 50 años de edad, padecen una especie de fractura del conocimiento que se produce por un fallo en el desarrollo del neocórtex cerebral, y no por la manifestación del cerebro primitivo desinhibido, como se ha postulado en otras ocasiones.

Fried dice que en todos los genocidios se repiten los mismos comportamientos, el mismo patrón psicológico, y que esto sugiere un síndrome común. "No se trata de un síntoma general de agresión humana, y no debería confundirse con el comportamiento de determinados individuos que llevan a cabo sólo actos de homicidio repetitivos. Estos últimos son una parte muy pequeña de la población, y suelen tener un historial de psicopatología", escribe Fried.

Es importante distinguir el "Síndrome E" de los comportamientos que tienen lugar en el contexto de una batalla o durante un combate. Aunque es evidente que se cometen atrocidades, el comportamiento de los combatientes sí presenta la reactividad emocional ante los actos cometidos y los actos violentos suelen ser más incidentales y esporádicos que la repetición sistemática propia del "Síndrome E".

Los signos y síntomas

Este neurocirujano de origen hebreo ha descrito los síntomas y signos que distinguen a estos individuos y que, si se reconociesen a tiempo, podrían servir para identificarlos y prevenir así las atrocidades de las que son capaces:
  • Necesidad de repetir actos de violencia. Estos individuos son lo que se podría llamar agresivos compulsivos: no perdonan la vida de ninguna de las víctimas.
  • Ideas obsesivas. Están obsesionados con una serie de creencias que frecuentemente van dirigidas contra un grupo minoritario. A menudo estos individuos utilizan metáforas como limpieza para justificar su violencia. La combinación de los síntomas descritos en el apartado anterior (la repetición de los actos agresivos) y las ideas obsesivas recuerda a los síntomas de los obsesivos-compulsivos.
  • Perseverancia. Su comportamiento persevera, aunque las circunstancias cambien.
  • Baja reacción afectiva. La mayoría de asesinatos perpetrados por estos individuos no les altera emocionalmente.
  • Hiperexcitación. La repetición de actos violentos provoca frecuentemente una sobreexcitación, que es mayor cuanto mayor es la magnitud de la masacre.
  • Capacidades inaletaradas. El lenguaje, memoria y capacidad para resolver problemas permanecen inalterados.
  • Habituación rápida. En las primeras fases del síndrome, el individuo se acostumbra rápidamente a los actos de violencia.
  • Separación. Llevan una vida familiar normal, mientras que paralelamente matan a otras familias.
  • Dependencia del entorno. Su comportamiento depende anormalmente del entorno, lo cual explica que puedan separar su vida normal de los actos agresivos que cometen. La obediencia a la autoridad y la dependencia de un grupo de apoyo son dos ejemplos.
  • Contagio en el grupo. El entorno del grupo refuerza el síndrome y facilita su propagación. La mayoría de individuos integrantes responde de manera uniforme a los estímulos, y estas respuestas sirven a su vez de estímulo para el resto.
¿Qué falla en cerebro del individuo que presenta el "Síndrome E"?

Quien perpetrar actos violentos se deja guiar por las partes del cerebro responsables de la lógica, la memoria y el razonamiento, pero no por las redes que participan en la consideración emocional de lo que se siente al ser otra persona.

Desde el punto de vista de Fried, es lo mismo que una desconexión moral. El individuo ya no utiliza los sistemas emocionales que en circunstancias normales orientarían su toma de decisiones sociales.

Se denomina hipótesis de la fractura cognitiva:
Un funcionamiento anormal del cerebro que impediría que se generaran las emociones que habitualmente, en un cerebro normal, se encuentran ligadas a este tipo de acciones violentas.

No se producen las emociones adecuadas.