Si cuidas las palabras, el lenguaje cuidará de ti (1 de 3)

Hoy vamos a trascribir la entrevista realizada a Luis Castellanos para BBVA Open Mind, en la que explica los rasgos fundamentales del proyecto llevado a cabo recientemente en un entorno educativo.

Su interlocutor es Juan Carlos Hervás, director del IES Profesor Julio Pérez, con el que mantiene una charla/entrevista extremadamente interesante.

Dada su extensión hemos considerado conveniente resumirla en tres grandes bloques que aparecerán en días sucesivos. Sin más, os presento a mi amigo …

Luis Castellanos

Doctor en Filosofía pura e investigador, Luis Castellanos es referencia en el campo del “lenguaje positivo”.

A través de sus trabajos en el terreno de la neurociencia cognitiva en la Universidad Complutense y el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, este “investigador de las palabras” pretende “aumentar la salud y el bienestar de las personas mediante el uso que hacemos del lenguaje y su relación con las emociones, la creatividad y las decisiones vitales".

Apoyado en los resultados clínicos obtenidos en resonancias magnéticas y electroencefalografías, Castellanos ha demostrado la influencia que tiene el uso del lenguaje positivo en educación observando cómo se comportan las conexiones sinápticas del cerebro a partir del uso de palabras positivas o negativas.

Autor de los libros “La Ciencia del Lenguaje positivo” y “Educar en el Lenguaje positivo” aplica sus investigaciones a disciplinas tan diversas como la cocina, el deporte y la educación.

Con el proyecto “Palabras Habitadas”, desarrollado en un Instituto Público de Secundaria, Castellano ha demostrado que, gracias al cambio en su lenguaje, profesores, familias y sobre todo alumnos han experimentado beneficios en aspectos como la comunicación, la resolución de conflictos y el aprendizaje

L.C. Hola, soy Luis Castellanos. Soy doctor en Filosofía Pura e investigador. Me apasiona el mundo de las palabras e investigo cómo las palabras funcionan en el cerebro. Cuida tus palabras y ellas cuidarán de ti.

J.C.H. Luis, me llamo Juan Carlos Hervás. Soy profesor de un instituto público de Madrid, el IES Profesor Julio Pérez, y soy padre. Te quería hacer unas preguntas. Para centrar, ¿qué es el lenguaje positivo?

L.C. El lenguaje positivo es cómo recogemos el poder de las palabras, diciendo que las palabras nos enseñan a ver y a encontrar el lado favorable de las cosas... Nos ayuda también a entender nuestra propia historia, nuestra propia narración, porque las palabras construyen todos los días nuestros relatos.

Forjan nuestra personalidad, forjan nuestra memoria, forjan nuestra capacidad de ver el mundo. Las palabras positivas lo que hacen es enseñarnos a ver el lado favorable de ese mundo.

J.C.H. Nos metemos en el campo de la educación. ¿Qué aporta el lenguaje positivo para el aprendizaje?

L.C. Primero, ayuda muchísimo a construir la personalidad. Es decir, nosotros construimos la personalidad palabra a palabra. Construimos nuestra memoria palabra a palabra. Construimos nuestros sueños palabra a palabra.

Por tanto, lo que está aportando es que nuestra personalidad, aquello que nosotros vamos a ser en un presente y en un futuro, va a construirse con unas palabras que nos pueden ayudar… Aporta la capacidad del cerebro de ser más rápido, de estar más atento, de estar más concentrado. Aporta energía, aporta creatividad...

Lo más importante del lenguaje, y del lenguaje positivo y de las palabras positivas, es que te están dando una energía que antes no sabíamos que venía del lenguaje. Ahora sí sabemos que viene del lenguaje. Eso es muy importante para los chavales. Es decir, que se den cuenta de que su propio lenguaje activa la vida.

J.C.H. ¿Y qué efecto tienen las palabras? Porque, tanto las palabras positivas como las negativas, ¿qué efecto tienen en el cerebro?

L.C. Las negativas comprimen… lo que hacen es reducir tu campo de visión del mundo… Atrapan tu memoria, atrapan tu tiempo ... (Tenemos) el lenguaje negativo porque las emociones principalmente son negativas. Es decir, si vamos a nuestras emociones básicas, si cogemos cinco: la ira, el miedo, el enfado, el asco, la alegría… te das cuenta de que hay una que es positiva y que el resto son negativas.

¿Qué hace lo positivo? Lo contrario. Es un tiempo de reacción del cerebro mucho más rápido. Te hace estar mucho más atento, te hace estar mucho más concentrado. En definitiva, te hace tener … más energía, te hace ser más inteligente, te hace buscar recursos creativos en la vida. Te abre la vida. Te da energía para abrirte a un mundo, para buscar soluciones, para encontrarlas… te hace mucho más inteligente. La inteligencia es nuestra capacidad de encontrar futuro.

En definitiva, el lenguaje positivo es la capacidad de encontrar futuro diferente al que hoy en día tenemos.

J.C.H. ¿Y los profesores? ¿Cómo podríamos utilizar ese lenguaje positivo? ¿Realmente el lenguaje positivo tendrá un efecto en el rendimiento de los chicos?

L.C. Gracias a Daniel Goleman y a la inteligencia emocional ha habido un pequeño giro a nivel educativo. Las emociones son importantes. Daniel Goleman ha establecido cinco pasos a los cuales nosotros también nos hemos adaptado.

Primero, tenemos que tomar conciencia de nuestro lenguaje o tomar conciencia de nuestras emociones. Tomar conciencia del lenguaje es saber qué es una palabra positiva, qué es una palabra negativa, qué efectos tiene… El segundo paso es regular la emoción.

El segundo paso sería regular las palabras. Si yo no puedo regular las palabras, es decir, si yo no puedo elegir las palabras, ¿cómo voy a cambiar? Entonces, si no tomo conciencia de las palabras, no podré regular. Los profesores pueden tomar conciencia de las palabras. ¿Regular las palabras para qué? Para ser autónomo, para tener autonomía emocional o autonomía lingüística. Es decir, para que no me afecte tanto lo que me están diciendo o que las emociones que yo estoy recibiendo sepa controlarlas de alguna manera…

Tercero, tener autonomía en el lenguaje. Poder decir, elegir las palabras, no pararme automáticamente en lo que me viene.

El cuarto paso sería tener las habilidades lingüísticas, aquellas habilidades que nos permiten relacionarnos con los demás, que me permiten relacionarme conmigo mismo, que me permiten abrirme al mundo… Ese lenguaje positivo que me hace ver el lado favorable de las cosas es una habilidad.

Y eso me da unas competencias, que sería el quinto paso. Competencias emocionales o competencias lingüísticas. Es decir, soy una persona competente para crear y establecer una relación social favorable, para relacionarme, no solamente con mis alumnos como profesor, sino con mi pareja, como padre, como madre, o para relacionarme también con mis compañeros, para relacionarme con la gente con la que me encuentro por la calle… Al final, esas competencias abarcan el universo en el cual nosotros nos movemos y hacen que, además, ese universo todavía sea todavía más universalizable. Me doy cuenta de que formamos parte de algo más grande que nosotros mismos, del universo de 7.500 millones de personas.

J.C.H. ¿Qué palabras escogerías como palabras importantes en la educación?

L.C. Hay una palabra que me parece fundamental. Socialmente, no solo a nivel educativo, y que yo creo que puede transformarlo todo. Además, es la que hace que seamos seres creativos. Esa palabra es “sí”. Todo el mundo siempre se empeña en el “no”.

El “sí” es la palabra que te da poder. Es decir, el “sí” es que, si yo te digo que sí a algo, tú y yo construiremos algo. Tu cerebro recibirá y se abrirá, abrirá puertas.

Si siempre digo que no a la primera, lo que estoy haciendo es sellar mi cerebro de una manera, no permitiré que sea creativo y a ti tampoco te permitiré ser creativo.

El “sí” es la primera propuesta que nosotros nos tenemos que hacer.

J.C.H. Construye puentes.

L.C. Construye puentes. El “sí” es la palabra fundamental en el ser humano. Es decir, el “sí” es el “sí” a la curiosidad, el “sí” a admiración, el “sí” a estar contigo, el “sí” a compartir la vida, el “sí” a muchísimas cosas. El “no” ya te ha cerrado la puerta. Esa es la primera palabra que nosotros aprendemos. Porque el “no” viene después de saber decir “sí”. Si no sabes decir “sí”, el “no”, no.

J.C.H. Fíjate que los chicos no relacionan la escuela con la alegría.

L.C. Claro. Porque los profesores y los padres la hemos perdido. Si salimos a la calle parece que tenemos que estar serios, parece que no podemos sonreír, que no podemos ser amables, que no podemos ser bondadosos, que no podemos ser atentos… Es decir, de repente nos han quitado la esencia de nuestra propia felicidad sin darnos cuenta.

Aprender esa alegría. Aprender es lo que hacemos todos los días para enfrentarnos a lo que no conocemos. No tenemos nada más que aprender las cosas.

Claro, pero si nos quitan la capacidad de aprender en todo lo que hacemos… Es repetir y repetir conductas que además se van prolongando a lo largo de la vida.

Esas conductas nos afectan en nuestro comportamiento, nos afectan en nuestra personalidad, nos afectan en nuestras relaciones, nos afectan, digamos, cotidianamente. …

J.C.H. Un día, apareciste en el Profesor Julio Pérez y nos presentaste un proyecto precioso que se llamaba Palabras habitadas. ¿Qué es el proyecto "Palabras Habitadas?

L.C. Mira, me vas a permitir que te lo cuente de una manera muy concreta, porque lo que intentamos hacer con vosotros fue tres planteamientos, tres grandes preguntas, y ver si las podíamos responder todos en conjunto: padres, profesores y alumnos.

Me vas a permitir que te haga esas mismas preguntas, las veas y nosotros podamos entender por qué un proyecto tan interesante como "Palabras Habitadas" venía de otro histórico que antes hemos nombrado: Daniel Kahneman, Martin Seligman, que habla de la auténtica felicidad, de qué es la auténtica felicidad, y el profesor John Hayek, que decía: “¿Aprender o enseñar?”. Pues aquí estamos aprendiendo.

L.C. Unas primeras preguntas que hicimos y que me parecen muy importantes son: “¿Qué historia de vida deseas para tus hijos o alumnos?”.

L.C. Segunda pregunta: “¿En qué mundo te gustaría que viviesen tus hijos o alumnos?”.

L.C. Tercera pregunta: “¿Qué quieres aportar al futuro de tus hijos o al futuro alumnos?”. Estas tres preguntas… J.C.H. Ese fue el inicio.

L.C. Sí.

J.C.H. El punto de partida.

(continuará..., mientras tanto, sugiero que vayas pensando en cuales serían tus respuestas)