Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal

Stefano Mancuso tiene 45 años, casado, es ingeniero agrónomo, doctorado en Biofísica y profesor asociado de la Universidad de Florencia, dirige el laboratorio internacional de Neurobiología Vegetal.

Recientemente ha publicado un libro titulado “Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal”, editado por Galaxia Gutemberg en el que nos revela el mundo fascinante y desconocido en el que se desarrollan las plantas.

En el libro Stefano Mancuso encontré una frase que me dejó francamente sorprendido: "Las plantas reconocen a su familia y se comportan de forma diferente dependiendo de si pertenecen a ella o no". Esta frase me animó a seguir leyendo la interesante obra de Stefano, pero a partir de ese momento, teniendo en mente la posibilidad de identificar la homeostasis o bienestar como el punto central sobre el cual gira la actividad, el movimiento (e movere, emoción) de cualquier ser vivo.

Os dejo, forzosamente resumidas, las aportaciones más significantes, a mi parecer, del librito reseñado. ¡Un disfrute!

  • Las plantas son seres inteligentes. Entendiendo por inteligencia la capacidad de resolver problemas. No obstante, las plantas se mueven y toman decisiones en un tiempo más largo que el del hombre. La inteligencia es una propiedad de la vida que todos los seres vivos deben tener para sobrevivir. Es algo que está tanto en las bacterias como en los hombres, pero difiere en cantidad
  • La vida social de las plantas es muy activa. Como no pueden moverse, tienen que tejer unas relaciones sociales útiles con las plantas vecinas. Hablamos de colaboración o avisos de amenazas Las plantas identifican lo que consideran su familia y parientes y reconocen su cercanía. Se comportan de manera totalmente distinta si a su lado hay parientes o hay extraños. Si ponemos dos plantas de la misma familia cerca van a crecer cooperando, a través de las raíces, dividen el territorio de manera equitativa. Mientras que sí ponemos dos plantas que no son de la misma familia habrá una competición en el desarrollo por el territorio y los recursos. Hasta ahora pensábamos que los cuidados parentales sólo se daban en animales muy evolucionados. Resulta increíble que se den en las plantas. Ahora lo hemos comprobado. Por ejemplo, como sabemos las plantas requieren luz para vivir, y para que una semilla llegue a la luz deben pasar muchos años; mientras tanto, son nutridas por árboles de su misma especie.
  • En un determinado territorio todas las plantas están en comunicación por dos vías: la subterránea a través de las raíces, y la aérea, cuando fabrican moléculas volátiles que avisan a plantas más lejanas sobre lo que está sucediendo (por ejemplo, cuando una planta es atacada por un patógeno, inmediatamente produce moléculas volátiles que pueden viajar kilómetros, y que avisan a todas las demás para que preparen sus defensas). Cuando olemos el perfume de una flor, estamos oliendo un mensaje que la flor está lanzando a los insectos. Estas moléculas también son utilizadas para comunicarse entre ellas. Se producen para enviar informaciones sobre el ataque de un insecto o de un peligro.
  • Podemos considerar a las plantas como un laboratorio químico. De esa forma, fabrican moléculas químicas que las convierten en indigeribles, y pueden ser muy agresivas. Las plantas son capaces de aumentar hasta tal punto la concentración de taninos en sus hojas, que se convierten en veneno.
  • Las plantas pueden manipular a los animales. Durante la polinización producen néctar y otras sustancias para atraer a los insectos. Las orquídeas producen flores que son muy similares a las hembras de algunos insectos, que, engañados, acuden a ellas. Se llega a afirmar que el ser humano también es manipulado por las plantas a través del innumerable número de drogas que utiliza de origen vegetal (café, tabaco, opio, marihuana...). La razón de la seducción tanto al hombre como a los animales es siempre la misma: La razón principal que mueve la vida: La supervivencia. En este caso la polinización.
  • Todas las plantas duermen, se despiertan, buscan la luz con sus hojas; tienen una actividad similar a la de los animales. Filmé el crecimiento de unos girasoles, y se ve clarísimo cómo juegan entre ellos. Establecen el comportamiento típico del juego que se ve en prácticamente todos los animales. Al provocar que una planta pequeña crezca aislada, de adulta, presenta problemas de comportamiento: le cuesta girar en busca del sol, le falta el aprendizaje a través del juego. Ver estas cosas es emocionante.
  • Las plantas duermen de forma muy parecida a los animales. Tienen un ciclo diurno, activo, y otro nocturno, de descanso. También hay plantas que son nocturnas, como algunos animales, y los ciclos van al revés. La fase de descanso de las plantas tiene las mismas características que en los animales. Por ejemplo, no tienen sensibilidad del entorno. Incluso las posiciones de descanso son parecidas. Muchas plantas cierran sus hojas o las colocan en una posición distinta. Y, como los animales, a medida que cumplen años necesitan menos sueño. Hay diferencia en la cantidad de sueño que necesitan las plantas jóvenes y las más mayores. Y también es un tema de genes que se activan de forma diferente, igual que ocurre con los animales.
  • Las plantas perciben parámetros físicos y químicos que los animales no perciben. También campos como el eléctrico o el magnético que muy pocos animales perciben y todas las plantas pueden percibirlos. Perciben también componentes químicos como metales o diferentes tipos de polución. Una raíz, por ejemplo, puede percibir hasta veinte parámetros físicos y químicos.
  • El olfato es muy importante para las plantas. Yo diría que es el sentido más importante que tienen. Esto es así porque la comunicación sucede a través de moléculas volátiles. Los olores que nosotros sentimos, son mensajes que las plantas producen a través de esas moléculas. No tienen un órgano concreto como tenemos nosotros o los animales para recibir ese tipo de mensajes, sino que todas las células de las plantas pueden entender a ese tipo de moléculas y actuar en consecuencia con ellas. Las moléculas volátiles están en la base de toda la información de las plantas. Su olfato puede ser algo parecido al oído de los animales y de los seres humanos.
  • Pese a ser una creencia muy extendida, las plantas no pueden apreciar ni el habla ni la música. Si perciben vibraciones y frecuencias. Y prefieren las más bajas, las más comunes en la naturaleza, entre los 100 y 400 hertzios, (como la sirena de un barco), es decir, las raíces de las plantas tienen hacia esa fuente de sonido, porque es parecida a la que produce el agua que fluye. Y como todo el mundo sabe, las raíces de las plantas siempre están ávidas de agua.
  • Las plantas ven la luz y sus diferentes cualidades. Huyen de la luz azul, por ejemplo, porque representa la sombra, y prefieren la amarilla y roja, propia del sol.
  • Las plantas son mucho más sensibles. Cuando algo cambia en el ambiente, como ellas no pueden escapar, han de ser capaces de sentir con mucha anticipación cualquier mínimo cambio para adaptarse. Cada punta de raíz es capaz de percibir continuamente y a la vez como mínimo quince parámetros distintos físicos y químicos (temperatura, luz, gravedad, presencia de nutrientes, oxígeno). En cada punta de las raíces existen células similares a nuestras neuronas y su función es la misma: comunicar señales mediante impulsos eléctricos, igual que nuestro cerebro. En una planta puede haber millones de puntas de raíces, cada una con su pequeña comunidad de células; y trabajan en red como internet.
  • Si mañana desaparecieran las plantas del planeta, en un mes toda la vida se extinguiría porque no habría comida ni oxígeno. Todo el oxígeno que respiramos proviene de ellas. Pero si el hombre desapareciera, no pasaría nada. Somos dependientes de las plantas, pero las plantas no lo son del ser humano. Los seres humanos disponemos de energía gracias a las plantas. Toda la energía, hasta la energía química, proviene de las plantas. Las plantas son la base de la cadena alimentaria. Además, las plantas son la base de la vida del hombre porque son la conexión entre el sol y la tierra. La energía solar que nos llega es atrapada por las plantas y consiguen transformarla en energía química, en azúcar que es lo que el ser humano necesita para vivir. Son el punto de conexión entre la energía solar y la energía química.

Para finalizar os dejo a Stefano Mancuso explicando el mismo sus investigaciones en una charla TED