Sapiosexual: la atracción por la inteligencia

Sapiosexual es el término que se utiliza para designar a aquellas personas que consideran a la inteligencia como el principal factor de atracción sexual.

El origen de este término procede de la palabra “sapiens”, que significa “sabio o juicioso”.

En una sociedad donde la tecnología y las redes sociales están en primer término, este tipo de atracciones crecen y son más evidentes.

Ahora nos conocemos a través de la palabra escrita, hablamos a través de mensajes y seducimos con la narrativa

Los sapiosexuales se activan emocionalmente ante estímulos novedosos y prestan poca atención a lo que les resulta repetitivo.

Encontrando el amor en el interior

Las redes sociales dan visibilidad, bajo nuevos paradigmas léxicos, a conceptos que han existido toda la vida.

Según el sociólogo Francesc Nuñez buscar etiquetas para definir relaciones no es algo nuevo, sino una necesidad humana de funcionar con estereotipos y prejuicios que nos orienten en la vida social.

En este sentido, sapiosexual es uno de los términos que se ha puesto de moda para describir una circunstancia que ha existido desde siempre: la atracción sexual por la inteligencia del otro.

Aunque el término es nuevo, la relación entre inteligencia y mente como factores de atracción interpersonal data desde de las escrituras del filósofo Platón, ya en el año 380 a.C.

Los sapiosexuales se dejan seducir a través de la palabra.

Les gusta tener calidad en las conversaciones y diálogos que les estimulen y les hagan huir de la superficialidad, encontrando el amor en el interior del otro.

Aunque bien es cierto que ser sapiosexual, no quiere decir que no se tenga en cuenta otros parámetros como el físico o la personalidad del otro.

También puede ser que estas personas de manera inconsciente relacionen la intelectualidad del otro con una relación más segura y estable.

De algún modo asocian la inteligencia con una buena toma de decisiones y protección en la relación.

¿Quiénes son sapiosexuales?

Son personas que poseen un rasgo que la psicología de la personalidad define como apertura a la experiencia.

Precisamente por esto, en la seducción se sienten especialmente atraídos por las conversaciones que abran su mente.

Los sapiosexuales muestran una necesidad, sobre todo, más intelectual, buscan a través de la conversación nuevas experiencias y estímulos, se sienten enriquecidos con nuevos conocimientos, que comparten con el otro obteniendo consecuentemente seguridad, estabilidad y cierta admiración.

Esto no quiere decir que el sapiosexual no tenga en cuenta otros aspectos, como el físico o la personalidad del otro, sino que prioriza o se siente más atraído por la parte intelectual de la otra persona.

Se dice que las mujeres son más sapiosexuales que los hombres, ya que tenemos diferentes cerebros.

Los hombres se estimulan más a través de la vista, por lo tanto, a través del físico.

En cambio, las mujeres necesitan otros estímulos, siendo el oído uno de los principales.

Por eso a través de la conversación los conocimientos de un hombre acostumbran a provocar atracción sexual.

Diferentes inteligencias

Cuando hablamos de inteligencia creemos que tiene que ver con esa inteligencia relacionada con el conocimiento, la información, la cultura que posee una persona.

Pero existen muchas otras inteligencias.

Por ejemplo, la inteligencia emocional, relacionada con la gestión de sentimientos, de emociones, autoconocimiento, empatía, ...

Pero también está la inteligencia social, aquella observable en las interrelaciones, el saber estar, el ser extrovertido, tener sentido de humor, saber ganarte a la gente, entre otros rasgos.

Finalmente encontramos la inteligencia sexual y erótica, aquel juego sensual que uno sabe crear y despertar al otro potenciando el deseo y la seducción.

Recordemos que el principal y mayor órgano sexual es nuestro cerebro.

Por lo tanto, cualesquiera de todas estas inteligencias comentadas pueden despertar una potente atracción hacia el otro y convertirnos en sapiosexuales.

¿Cuándo aparece este tipo de atracción?

Todos sabemos que la atracción más conocida es la física, y la química que se inicia en el primer contacto con alguien, al primer instante de ver al otro, de tener una primera interacción.

Este tipo de interacción no es consciente, no hacemos un razonamiento al respecto; simplemente, la sentimos.

Pero también podemos sentir esta atracción intelectual que se da en un nivel más posterior, cuando ya hemos compartido una mayor interacción con el otro, cuando lo o la conocemos más y nos sentimos atraídos por un vínculo más social, emocional o intelectual.

Este tipo de atracción es más consciente, podemos razonarla y saber que la estamos sintiendo, aunque esto no quiere decir que lo podamos controlar.

Esta activación, que en principio es solo mental, se acaba extendiendo a otros niveles, como el físico, el afectivo y el erótico.

Inteligencia erótica

El psiquiatra Lister Rossel sostiene que el cerebro es el principal órgano sexual, por encima de la piel y de los órganos genitales.

Por su parte, la sexóloga Emma Ribas considera que la seducción por intelecto añade más calidad a la relación, ya que la inteligencia despierta un deseo que luego es traducido a nivel físico.

Para los sapiosexuales, la conversación se convierte en un juego sexual de dos mentes.

Adoran las sorpresas y lo inesperado.

Frecuentemente, dejan espacio para que surja el deseo y saben cómo mantenerlo a través del misterio.

Esto último es la inteligencia erótica.El estudio realizado por Gilles E. Gignac junto a otros investigadores ha hecho emerger este concepto, aún no reconocido en el ámbito científico.

Gignac entrevistó a 400 adultos para conocer cuáles eran los rasgos que más valoraban en una pareja romántica.

Los resultados fueron sorprendentes.

La inteligencia fue el segundo más relevante, por detrás de la amabilidad y la comprensión.

De la misma manera, estos profesionales se preguntaron si la inteligencia demasiado elevada era también consideraba atractiva.

Así, descubrieron que la relación entre el cociente intelectual y el atractivo es curvilínea.

Es decir, alcanza su punto máximo al llegar al CI de 120, pero decae al llegar a 135. Curioso, ¿verdad?

La sapiosexualidad es un aspecto más a incluir junto al resto de criterios que utilizamos para elegir con quien nos gustaría estar.

En definitiva, si pretendemos pasar tiempo con una persona, más vale que nos aporte conversaciones interesantes y sea capaz de mantener el misterio y el deseo.

“El amor es como una escala de gradación que empieza con la belleza del cuerpo, para después acercarse hacia las ideas y a la gente que muestra una inteligencia privilegiada”.

-Platón-