El biólogo Pedro Bekinschtein intenta diseccionar los mecanismos psicológicos y cognitivos que hacen que pensemos como pensamos y sostengamos posturas que, por momentos, carecen de fundamentos reales.
Mediante el ensayo “Neurociencia para (nunca) cambiar de opinión”, el experto trata de hallar los motivos de “por qué somos tan inconsistentes y estamos dispuestos a tener comportamientos y accionar de acuerdo con lo que creemos a pesar de habernos equivocado o no poder fundamentarlo”.
Según el investigador las creencias de cada uno y la necesidad de tener la razón “nos sesgan a buscar y recordar determinado tipo de información y a elegir lo que coincide con lo que ya creemos”.
Se llama sesgo de confirmación y funciona a muchos niveles y hace que lo que uno cree que pasa hace que interprete la realidad de manera diferente.
De igual forma, Bekinschtein se refiere al razonamiento motivado, cuyo efecto se da al “creer una cosa y la justificación para eso está direccionada a confirmar eso que se cree”.
Como consecuencia, vamos a tomar todos los caminos mentales necesarios para llegar a la conclusión que ya hemos sacado por anticipado.
La visión que tenemos de nosotros mismos es que somos buenos, inteligentes y generosos. Cualquier evidencia que se contraponga con esta creencia pone en peligro la imagen propia que tenemos.
Es en ese momento en el que se materializa la evidencia que hace temblar nuestras creencias, cuando se retuerce la realidad para que la imagen que tenemos de nosotros mismos coincida con lo que nos pasa y la idea de admitir que uno se ha equivocado implica aceptar que esas evidencias son erróneas.
¿Por qué nuestro ego necesita tener la razón?
Porque tiene miedo.
¿Y por qué tiene miedo?
Veamos cómo funciona este mecanismo tan inconsciente y arraigado que tenemos los seres humanos:
Nuestro ego deriva su sentido de identidad y valía (es decir, la idea de quién es y de qué tan importante es) de nuestros contenidos mentales (conocimientos, experiencias, creencias, opiniones, puntos de vista…).
Cuando alguien pone en duda nuestros contenidos mentales (por ejemplo, haciéndonos ver que nuestro punto de vista es incorrecto), nuestro ego lo siente como una amenaza.
Para él, un ataque a nuestros contenidos mentales es un ataque directo a su identidad y valía.
Siente que ha sido disminuido ante los demás. Y eso le duele, y mucho.
Y cree que teniendo la razón (defendiendo nuestros contenidos mentales) puede recuperar la identidad y valía que ha perdido.
Esto es lo que significa querer tener siempre la razón y el motivo por el que tantas personas luchan por conseguirla: porque quieren recuperar la identidad y valía que sienten que perdieron cuando sus contenidos mentales fueron puestos en duda.
Pero todo es una ilusión.
Porque hay otra parte de nosotros, mucho más profunda que el ego, que sabe que nuestra identidad y valía no tienen nada que ver con nuestros contenidos mentales, ni con lo que piensan los demás sobre nosotros, ni con nuestro físico, ni con nuestro pasado, ni con nuestros logros, ni con nada que el ego piensa que define quiénes somos y cuánto valemos.
¿Cómo abandonar la necesidad de tener la razón?
Ahora que entiendes de dónde viene la necesidad de tener la razón y que sabes que no es más que una ilusión (el sentimiento falso de que tu identidad y valía dependen de tus contenidos mentales), ¿qué puedes hacer para abandonar esa necesidad?
Observar
- Observa cada vez que sientas la necesidad de tener razón.
- Observa la frustración, la ira, la impaciencia, cuando alguien contradice o pone en duda tus palabras.
- Presta atención a como tu corazón late más deprisa, tu respiración se agitar, la tensión se acumula en tu cabeza, cuando alguien te hace ver que estás equivocado.
- Observa el daño que hace y lo mal que te hace sentir a ti y a los demás luchar por tener la razón.
En resumen: observa la alteración en tu estado interno (en donde antes había paz, y en donde ahora hay agitación).
Si te sientes ofendido, disminuido o alterado de alguna manera cuando alguien expone un punto de vista contrario al tuyo (aunque sea de manera muy sutil), te has identificado con los contenidos de tu mente.
Es tu ego.
Recuerda que las reacciones que estás experimentando en este momento proceden de patrones inconscientes de tu mente, que equivocarse no te define como persona ni te hace menos importante que los demás, y que tu valía no tiene nada que ver con que tengas o no tengas la razón.
Y recuerda que es tu ego el que te hace creer que es justo lo contrario.
Cuando te das cuenta de que es tu ego el que está operando cuando te sientes alterada por un comentario que te ha hecho otra persona, la necesidad de tener la razón se disuelve automáticamente.
¿Cómo tratar con una persona que siempre quiere tener la razón
El primer paso para tratar con una persona que siempre quiere tener la razón es que tú mismo abandones la necesidad de tener la razón.
Si tú también luchas por tener la razón, entrarás en una pelea (de egos) con una persona que también lucha por tener la razón. Y en una pelea de egos, nadie quiere perder. Y las cosas suelen salir bastante mal…
Sin embargo, hay algo importante que quiero que tengas presente cuando te encuentres con una persona que lucha por tener la razón como quien lucha por salvar su vida:
Compasión
La persona que está luchando contigo, está sufriendo.
Ha visto su identidad y su valía amenazadas, y está luchando por recuperarlas.
Y aunque reaccione con ira o muestre una expresión forzada de calma, está sufriendo.
Y detrás de ese sufrimiento, hay miedo.
Por tanto, empatiza con esa persona mirando más allá de la superficie; mirando el dolor que está detrás de su lucha y no contribuyendo a amplificar ese dolor.
Ofréce tu compasión
A medida que vayas desarrollando la capacidad de observar tanto tu estado interno como el de otras personas, dejarás de tomarte las reacciones de los demás tan en serio.
Entenderás que no se trata de algo personal y que no tiene nada que ver contigo, sino con el dolor que esa persona lleva por dentro.
Comprendiendo que alguien que lucha por tener la razón no te está hablando desde su parte más profunda, sino desde su ego, sabrás lo que hay que hacer o decir en cada momento.
Y será lo correcto.
Porque vendrá de un sentimiento de comprensión y compasión.
Podrías sonreírle con cariño y decirle: “Está bien, vamos a dejarlo así”, o cambiar rápidamente de tema con soltura y amabilidad, o incluso cuestionarte si eres tú el que está equivocado.
En resumen:
Tratar con una persona que siempre quiere tener la razón empieza por uno mismo: identificando nuestra propia necesidad de tener la razón y abandonando esa necesidad, y continúa con el trato comprensivo y compasivo hacia la otra persona (que está sufriendo).
¿Cómo usar este conocimiento para mejorar tus relaciones personales?
¿Quién dirías que cae mejor a la gente?: una persona que siempre tiene la razón pero que hunde a los demás por estar equivocados, o una persona que siempre se equivoca pero que lo acepta sin problemas y que trata a los demás con respeto y cariño?
La respuesta es obvia.
Con este ejemplo, ¿ves cómo tener la razón no te hace mejor ni peor que nadie?
¿Ves que, incluso, tener la razón con un mal carácter cae mucho peor (y la gente te aprecia menos) que no tener la razón, pero hacerlo con un carácter sencillo, cariñoso y sin tomártelo tan en serio?
¿Que lo que realmente importa no es lo correcto que seas sino cómo tratas a los demás?
Entonces, ¿cómo mejorar tus relaciones personales con todo esto que has aprendido?
- No siendo la persona que siempre lucha por tener la razón.
- Observando la necesidad de tener la razón en ti, recordando que se trata de patrones inconscientes y (en último término), falsos, de tu ego, y abandonando esa necesidad.
- Observando la necesidad de tener la razón en los demás y no convirtiéndoles en tus enemigos ni empezar a verlos como inferiores de ninguna manera.
- Tratando a los demás con respeto y compasión, independientemente de si tienen o no tienen la razón.
Si haces esto, te garantizo que tus relaciones personales mejorarán de forma drástica, y que no solo te sentirás mejor contigo misma, sino que la gente que trate contigo se sentirá mejor a tu lado.