¿Qué es la dopamina y para qué sirve?
La dopamina es un mensajero químico (neurotransmisor) del sistema nervioso central (nuestro cerebro).
Eso significa que la dopamina tiene una función muy importante en los espacios sinápticos, es decir, los espacios microscópicos en los que las células nerviosas establecen conexiones entre sí, y que activa 5 tipos de receptores celulares de dopamina, del D1 al D5.
Esta sustancia, aunque es producida en diferentes partes del cerebro encuentra su fábrica principal en la sustancia negra (en la zona del mesencéfalo).
Pero de igual modo también es una hormona segregada por el hipotálamo, pero en este caso tiene como función inhibir la producción de prolactina de la hipófisis.
La dopamina no puede atravesar la barrera hematoencefálica por lo que su administración como droga no afecta al sistema nervioso central, aunque la L-Dopa (3,4-dihidroxifenilalanina), que es el precursor sintético de la dopamamina, en cambio si la cruza.
Dopamina: el neurotransmisor del placer… entre otras cosas
La dopamina frecuentemente es mencionada como la causante de las sensaciones placenteras y la sensación de relajación.
Entre sus funciones también se encuentra la coordinación de ciertos movimientos musculares, la regulación de la memoria, los procesos cognitivos asociados al aprendizaje e incluso se ha visto que tiene un papel importante en la toma de decisiones.
La comunidad científica coincide en señalar que la dopamina también está involucrada en el complejo sistema cognitivo que nos permite sentir motivación y curiosidad por algunos aspectos de la vida.
1.La dopamina y tu personalidad
¿Tiene algo que ver este neurotransmisor con la personalidad de cada individuo?
La dopamina podría ser uno de los factores a tener en cuenta a la hora de saber si una persona es más introvertida o más extrovertida, más cobarde o más valiente, o más seguro o inseguro.
Varias investigaciones sostienen esta relación entre dopamina y personalidad.
Por ejemplo, un estudio llevado a cabo en la Clínica Universitaria Charité, en Alemania, y que fue publicado en Nature Neuroscience señaló que la cantidad de dopamina encontrada en la amígdala cerebral de un sujeto podría ser un indicador fiable de si éste es tranquilo y sosegado, con una buena confianza en sí misma, o si por el contrario sería temeroso y con propensión a padecer estrés.
2. Sobrepeso y obesidad
No a todas las personas sienten el mismo nivel de placer cuando, por ejemplo, degustan una apetitosa tarta de chocolate.
Curiosamente, las personas con tendencia al sobrepeso y a la obesidad cuentan con menos receptores de dopamina en su sistema nervioso y, en consecuencia, necesitan ingerir más cantidad de tarta para notar la misma satisfacción que produce el acto de comer algo dulce.
Podemos decir que son menos sensibles a los sabores que producen adicción.
Esta es la conclusión a la que llegaron unos investigadores ingleses, gracias a un estudio publicado en Science.
3. El gusto por las emociones fuertes
¿Eres de esas personas que disfrutan asumiendo riesgos? ¿Te tirarías en paracaídas?
Responder a estas preguntas quizá también tenga que ver con tu edad, pero hay un nuevo elemento que, desde la neurociencia, ha sido detectado como un importante factor a la hora de predecir esta propensión a disfrutar con los riesgos y las emociones fuertes.
Una investigación de la Universidad de British Columbia liderada por Stan Floresco y publicada en Medical Daily en el año 2014 reportó que la mayor presencia de dopamina en ciertas regiones cerebrales en personas adolescentes hizo que éstos fueran demasiado optimistas con sus expectativas y asumieran riesgos demasiado altos.
4. Estatus social y satisfacción
Mediante distintas técnicas de neuroimagen, un estudio descubrió que cuanto mejor es el estatus social de un individuo, mayor es la cantidad de receptores D2 de dopamina ubicadas en su cerebro.
Esto hace que se sientan más satisfechas con su vida y que, por tanto, actúen en consecuencia; los objetivos de una persona con buena autoimagen no son los mismos que los que tiene una persona más pesimista en este aspecto.
5. Clave para la creatividad
Varias investigaciones publicadas en PLoS han detectado que las personas con una mente especialmente creativa tienen una densidad menor de receptores D2 de dopamina en una región cerebral en concreto: el tálamo.
Esta parte del encéfalo tiene como principal función filtrar los estímulos que recibe la corteza del cerebro.
Esto facilitaría las conexiones neuronales que nos permiten asociar conceptos de una forma más eficiente, mejorando la creatividad.
6. También regula la memoria
La memoria también es una función cerebral que también se ve influida por la dopamina.
En concreto, la dopamina se encarga de regular la duración de la información (recuerdos), decidiendo si retiene solo durante unas 12 horas esta información y desaparece, o bien si mantiene la información por más tiempo.
Este proceso de ‘decisión’ mediante el cual un recuerdo se difumina o bien permanece en nuestro cerebro guarda una gran relación con el concepto de aprendizaje significativo.
Cuando aprendemos algo que nos satisface, la dopamina activa el hipocampo para que retenga esa información.
En caso contrario, la dopamina no activa el hipocampo y el recuerdo no se almacena en nuestra memoria.
7. Potencia los niveles de motivación
Se suele hablar de la dopamina como el neurotransmisor encargado de la sensación de placer, pero los últimos hallazgos muestran que su principal función podría ser la motivación.
Por ejemplo, un estudio reportó que el vínculo entre motivación y dopamina es cierto, puesto que se demostró que las personas más enfocadas a cumplir con ciertos objetivos exigentes eran las que más dopamina tenían en su córtex prefrontal y en su cuerpo estriado.
¿Cómo aumentar mis niveles de dopamina?
Sobre todo, evita (o combate) el estrés, el estrés disminuye los niveles de dopamina.
Se recomienda también respetar las necesidades de sueño, es decir dormir un mínimo de 7 horas diarias, lo ideal serían 8.
Si no duermes nada tus niveles de dopamina también aumentarán (y mucho) pero no para hacerte sentir bien, sino más bien al contrario.
Otro gran aliado de unos buenos niveles de neurotransmisores es el ejercicio físico moderado regular.
La meditación también aumenta los niveles de dopamina.
Algunos médicos recomiendan que una dieta rica en antioxidantes (betacarotenos, vitamina C y vitamina E) puede reducir el daño que los radicales libres hacen a las células (la dopamina se oxida rápidamente) y mejorar los niveles dopaminérgicos, alimentos como el kiwi, las fresas, frutos secos, pomelo, zanahoria, brócoli, …
Así mismo estos recomendarían evitar grasas saturadas, azúcares, harina refinada, cafeína, alimentos precocinados, … que además potencian los déficits de magnesio también relacionados a bajadas de dopamina.
Así mismo se recomiendan alimentos ricos en tirosina (su precursor es la L-fenilalanina): Banana, almendra, aguacate, lácteos, productos de soja, carne, … (siempre teniendo en cuenta que las carnes y lácteos tienen grasas y hay que controlar la cantidad que ingerimos como se mencionaba antes).