Memoria de hacer puñetas

¿Alguna vez te han dicho que pienses con el lado izquierdo o el lado derecho del cerebro? ¿Que utilices el pensamiento lateral?

Esto tiene que ver con que el cerebro está dividido en dos hemisferios, el derecho y el izquierdo, y ambas partes están especializadas en el proceso diferente de información diferente.

Esa es la base de un estudio realizado por científicos estadounidenses que mientras investigaban utilizando nuevos ejercicios para fortalecer la memoria y han observado que una opción para tener en cuenta puede ser apretar los puños como medio de estimular los hemisferios cerebrales.

Al menos eso es lo que propone en el último número de “Plos One” un grupo de investigadores de la Universidad de Montclair (New Jersey, EEUU), encabezados por Ruth Propper.

Para ello se han basado en una teoría denominada “Modelo de asimetría hemisférica de codificación y recuperación” (HERA), según la cual algunos tipos de memoria involucran a procesos de codificación en el hemisferio izquierdo, que es el lado que se activa para insertar la información en el cerebro.

Mientras, por su parte, en los procesos de recuperación de la memoria se activa el hemisferio derecho.

Un gesto tan aparentemente sencillo como apretar las manos es capaz de aumentar la actividad de las neuronas en el lóbulo frontal, la parte más evolucionada de nuestro cerebro, implicada en las funciones cognitivas más complejas y que ejerce de “director de orquesta” y es una zona que tiene también un papel muy importante a la hora de almacenar y recuperar los recuerdos.

Según este modelo, el lóbulo prefrontal izquierdo se encarga de archivar (codificar) los recuerdos, mientras que el derecho se especializa en su recuperación cuando necesitamos recurrir a ellos.

Lo que se cree es que al apretar el puño derecho se están reclutando selectivamente las neuronas del hemisferio izquierdo y que, aunque se están activando las áreas motoras del cerebro, hay indicaciones que esta activación puede estimular otras áreas del hemisferio que están involucradas en la memoria.

Mediante pruebas electroencefalográficas se ha visto además que contraer la mano izquierda durante 90 segundos aumenta la actividad en el hemisferio cerebral contrario, es decir, el derecho, y viceversa, para aumentar la actividad en el izquierdo basta con apretar la mano derecha durante el mismo tiempo.

Esta activación cruzada se debe a que cada hemisferio cerebral regula el lado contrario del cuerpo (el hemisferio derecho regula el lado izquierdo y viceversa).

De acuerdo con lo anterior, al grupo de Propper se le ocurrió estudiar si cerrar los puños tendría algún efecto sobre la memoria.

Una tentadora idea que surgió del hecho de cerrar las manos sí parece tener influencia sobre el procesamiento emocional, según un estudio previo.

Cuando se cierra con fuerza la mano derecha aumentan las emociones denominadas de aproximación, como felicidad o enfado, porque se activa el lóbulo frontal izquierdo.

Tal vez por eso, cuando estamos enfadados apretamos los puños, en especial el derecho.

Y también cuando estamos muy contentos, como el típico gesto de Fernando Alonso o Rafa Nadal (!atención que Rafa es zurdo!) cuando ganan.

Por el contrario, contraer la mano izquierda conlleva un aumento de los estados emocionales de retirada, como la tristeza o la ansiedad, que nos llevan a retraernos.

Con estos precedentes, Propper y su grupo se preguntaron si apretar los puños activaría también las regionales del lóbulo frontal implicadas en el procesamiento de la memoria.

Y para probarlo decidieron reclutar a 49 voluntarios diestros, con edades comprendidas entre los 18 y 48 años, de los que 40 eran mujeres.

Los dividieron en 5 grupos en los que hicieron todas las variaciones posibles a la hora de apretar las manos y memorizar una lista de 72 palabras.

Uno de ellos fue un grupo control, que no tenía que hacer nada con sus manos durante la tarea experimental. Los otros cuatro, tenían que apretar una u otra mano, antes o después de intentar memorizar la lista de palabras.

Un grupo apretó el puño derecho durante unos 90 segundos antes de memorizar la lista y luego hizo lo mismo inmediatamente antes de recordar las palabras.

Otro grupo apretó la mano izquierda antes de memorizar y de recordarlas.

Los otros dos grupos apretaron una mano antes de memorizar (la izquierda o la derecha) y la otra mano antes de la recordar la lista.

Después de todas estas variantes, los investigadores concluyeron que apretar el puño derecho durante 90 segundos puede ayudar en el proceso de formación de la memoria.

De igual modo, apretar el izquierdo cuando necesitamos recordar algo puede hacer esta tarea más fácil.

"Los resultados sugieren que algunos movimientos corporales simples cambian temporalmente la forma en que funciona el cerebro y pueden mejorar la memoria.

En investigaciones futuras habrá que examinar si cerrar los puños podría mejorar también otras capacidades, como las verbales o espaciales", señala Ruth Propper.

El paso siguiente para el Laboratorio de Lateralización Cerebral es realizar ensayos con un grupo más numeroso de voluntarios y extender la investigación a memorias de estímulo visual, como el recordar una cara, o ejercicios espaciales, como recordar dónde se colocaron las llaves del auto o incluso el coche en el parking de una gran superficie.

Posteriores investigaciones podrían arrojar luz sobre nuevas técnicas para estudiar para una oposición o un examen o, mejor aún, sobre terapias útiles para la gente que está perdiendo la memoria.

Es una alternativa novedosa ahora que fiamos la mayor parte de nuestra capacidad de recordar a mecanismos electrónicos que utilizamos compulsivamente como una suerte de memoria extendida.