No por casualidad, aprovechamos el merecido descanso para cambiar nuestras rutinas y dedicar buena parte de este preciado tiempo libre a actividades que reparan el desgaste producido durante el curso laboral o escolar.
Vamos a descubrir los beneficios derivados de la vida al aire libre, con lo que supone de mayor exposición a los rayos del sol, y de la siestecita como los bienes más preciados de nuestras merecidas vacaciones.
Tomar el sol mejora el aprendizaje y la memoria
Investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China han descubierto que una exposición moderada a los rayos solares (una causa importante del cáncer de piel) mejora los comportamientos neurológicos diarios, como el estado de ánimo, el aprendizaje y la memoria.Esta investigación, que combinó la técnica de etiquetado isotópico de espectrometría de masa de células individuales, descubrió una novedosa ruta biosintética de glutamato activada por la luz solar en el cerebro de ratones.
El glutamato es un neurotransmisor que interviene en distintos procesos del sistema nervioso central.
Los resultados se publican en la revista Cell.
Según explica el director de esta investigación, Xiong Wei, en un comunicado, “los ratones sin exposición a los rayos UV normalmente requieren 6 rondas de entrenamiento para adaptarse a la varilla giratoria, sin embargo, para los ratones expuestos a los rayos UV, se vuelven más inteligentes y sólo requieren 4 rondas de entrenamiento".
Utilizando técnicas interdisciplinarias, esta investigación descubrió que la exposición moderada a los rayos UV eleva el ácido urocánico en sangre (UCA), que luego se convierte en glutamato (GLU) en las células cerebrales (neuronas).
Ya se sabía que el ácido urocánico interfiere en el proceso inmunitario en presencia de radiación ultravioleta.
El GLU sintetizado por el ácido urocánico contribuye a la capacidad de aprendizaje mejorada de los ratones, señalan los investigadores.
Además del aprendizaje, dicha síntesis de GLU desencadenada por los rayos UV podría contribuir a más cambios neuroconductuales inducidos por la luz solar, como la memoria y el estado de ánimo.
Por casualidad
Xiong Wei explica también, en declaraciones a The Scientist, que el hallazgo se produjo por casualidad.En realidad, estaban utilizando una técnica de espectrometría de masas para analizar el contenido molecular de neuronas individuales, cuando sus resultados revelaron la presencia inesperada de ácido urocánico, una molécula poco conocida producida en la piel en respuesta a la luz ultravioleta, que es capaz de filtrar una pequeña parte de la radiación solar.
A continuación, decidieron ver si la luz ultravioleta también podría aumentar los niveles de ácido urocánico en el cerebro.
Expusieron ratones afeitados a una dosis baja de UVB -responsable de las quemaduras solares en humanos- durante 2 horas, y realizaron una espectrometría de masas en las células cerebrales individuales de los animales.
Comprobaron que los niveles de ácido urocánico aumentaron en las neuronas de los animales expuestos a la luz, pero no en los de los animales de control.
Luego, el equipo demostró que la luz ultravioleta mejoraba la transmisión eléctrica entre neuronas glutaminérgicas (las que segregan glutamato) en cortes de cerebro tomados de animales expuestos a UV, pero no en aquellos de animales de control, así como que el ácido urocánico fue el causante de que las neuronas secretaran glutamato.
Por último, el equipo observó que los ratones expuestos a la radiación UV se desempeñaban mejor en las tareas de aprendizaje motor (el aprendizaje asociado a la práctica y la experiencia) y en la memoria de reconocimiento (que permite identificar algo aprendido anteriormente), que los ratones no expuestos a la radiación solar.
Asimismo, comprobó que la administración de ácido urocánico directamente a animales no expuestos a la luz ultravioleta también estimuló el aprendizaje y las mejoras de memoria similares a las logradas con la exposición a los rayos UV.
Siguientes pasos
Queda por determinar si los resultados obtenidos en ratones, que son nocturnos y raramente ven el sol, son válidos para los humanos.Los científicos chinos no dan respuesta a esta cuestión, pero David Fisher, del Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard, consultado por The Scientist, señala que, si los resultados se confirman plenamente, el descubrimiento de que el ácido urocánico puede mejorar el aprendizaje y la memoria podría sugerir "una forma de utilizar esta información para beneficiar a las personas sin exponerlas a los efectos dañinos de los rayos UV".
Conclusiónes:
- Una moderada exposición a los rayos del Sol mejora el estado de ánimo, el aprendizaje y la memoria.
- Ocurre porque la luz solar provoca cambios en el cerebro que aumentan los niveles de un neurotransmisor que interviene en distintos procesos del sistema nervioso central.
- Esos cambios pueden provocarse en el cerebro humano sin exponerse al Sol.
La siesta es buena para la memoria
Cuando se trata de recordar, los patrones de las ondas cerebrales que se producen durante el sueño de ondas lentas pueden jugar un papel crítico, según un nuevo estudio de neurocientíficos de la Universidad de Alberta y publicado en la revista NeuroImage."Durante el sueño de ondas lentas, las neuronas desencadenan todo tipo de patrones, lo cual creemos que representa el fortalecimiento de los recuerdos durante el sueño", explica Anastasia Greenberg, autora principal de esta investigación, en un comunicado de la citada universidad.
El “sueño de ondas lentas” es una etapa del sueño que se produce justo antes del sueño paradoxal, que es cuando experimentamos los sueños.
Ese sueño de ondas lentas se consigue durante las siestas, esos pequeños descansos en los que mediante una cabezadita dormimos brevemente y recuperamos el tono vital.
En el estudio, los investigadores simularon el sueño de onda lenta en modelos de laboratorio e intentaron modularlos usando campos eléctricos.
Experimentos previos habían demostrado que los campos eléctricos aplicados pueden "aumentar" los recuerdos.
Mejorar la memoria
En colaboración con investigadores de la Universidad de Lethbridge, el equipo utilizó una técnica de imagen empleando colorante sensible a la electricidad para ver la actividad a través del cerebro.Los resultados mostraron que los campos eléctricos de onda lenta tenían un efecto prominente sobre la actividad neuronal en todo el cerebro.
"La estimulación cambió drásticamente esos patrones de actividad en nuevos, nunca antes vistos", dijo Greenberg.
"Esto significa que la estimulación eléctrica podría estar funcionando de una manera artificial para mejorar los recuerdos. Si pudiera influir en el tipo de sueño de onda lenta que está teniendo una persona, tal vez podría mejorar su memoria", agregó.
Como conclusión, puede señalarse que una siesta ayuda y mucho a la memorización, ya que lo que ha comprobado esta investigación es que el sueño de onda lenta estimula la consolidación de la memoria y que esos estímulos pueden conseguirse también mediante estimulación eléctrica.
“Es como si los circuitos producidos por el cerebro durante el sueño de ondas lentas replicaran los circuitos que el cerebro ha creado durante un período de aprendizaje,”, explica.
Al reproducir estos circuitos, el cerebro repite lo que acaba de aprender.
Tuneado de artículos aparecidos en www.tendencias21.net