Equilibrio, proporción y simetría; tres características que, desde Leonardo Da Vinci hasta nuestros días, se relacionan con la belleza, en general, y con un rostro atractivo, en particular.
Si a esa terna de la belleza clásica le sumamos otras condiciones como tersura de la piel, elasticidad y luminosidad, ¿qué obtenemos?
Un rostro joven y bello, la eterna aspiración de la cosmética.
Contemplado desde esta óptica (la suma de equilibrio, proporción y simetría, por un lado, y de una piel tersa, elástica y luminosa, por otro), mantener el rostro bello frente al paso del tiempo parece un objetivo casi un imposible.
Triángulo de la juventud
Sin embargo, los expertos en estética tienen un secreto para devolver la juventud a las facciones concentrando su trabajo en una única zona del rostro, el denominado “triángulo de la juventud”.Se conoce como 'triángulo de la juventud' a la figura imaginaria que resulta, en una persona joven, al unir el punto más alto de cada pómulo con el centro de la barbilla.
Con 25 años, este triángulo (equilátero en la teoría, aunque nadie es completamente simétrico, claro) apunta hacia abajo.
A partir de esa edad, el rostro comienza a envejecer y en consecuencia, hacia los 40, el triángulo se ha invertido por completo.
Esta es la razón por la que la dirección del triángulo facial es un indicador de la juventud de un rostro.
Así lo utilizan los profesionales: “consideramos que un rostro ha envejecido cuando el triángulo de la belleza se invierte porque la base de la cara se ha ensanchado, quedando los dos vértices inferiores del triángulo en el mentón y el superior, en la nariz”, explica la doctora Natalia Ribé, de la clínica de medicina estética Institut Natalia Ribé, quien sostiene que el efecto visual: de un rostro con el triángulo de la juventud invertido tiene un aspecto más triste y cansado.
Pero ¿por qué cambian las facciones con el paso de los años?
La doctora Ribé señala que “fundamentalmente se debe a la pérdida de volumen y de colágeno que nuestra piel sufre con el tiempo, lo cual se traduce en un rostro carente de firmeza y con contornos poco definidos”.
envejecer es inevitable
.Pero además de los efectos que el mero paso del tiempo infringe en la biología de tu rostro, todo lo que sentimos lo refleja, nuestra piel, sobre todo la piel de nuestro rostro que puede manifestar más de 10.000 expresiones asociadas a las emociones.
Todas ellas dejan su huella en forma de arrugas.
- La cara es el espejo del alma. No lo decimos nosotros, sino el neurocientífico finlandés Lauri Nummenmaa, quien sostiene que cada emoción deja una huella física en nuestro cuerpo, entre ellas, en el rostro.
- De acuerdo con el científico californiano Paul Ekman somos capaces de manifestar más de 10.000 microgestos faciales asociados a una emoción que las provoca y, lógicamente, todas ellas dejan su marca en nuestra cara en forma de arrugas.
Dime cómo te sientes y te diré cómo envejeces
- En tensión:Las personas que están tensas suelen tender a fruncir el ceño, ya sea mientras están trabajando, mirando el móvil o durante una conversación. Este gesto provoca arrugas verticales en el entrecejo. Las arrugas verticales son las que añaden años.
- Con miedo: Ante una situación que nos provoca miedo solemos abrir mucho los ojos. Levantamos las cejas y este movimiento provoca arrugas en la zona de la frente.
- Con ira o enfadada: Un rostro que refleja enfado o crispación no resulta atractivo. Solemos tensar el músculo de las cejas y estrechar los labios, marcando las líneas que rodean la boca.
- Con tristeza: La tristeza provoca que desciendan las comisuras de nuestros labios y que se marque el llamado surco de marioneta.
- Con alegría: La alegría sincera se expresa mediante la contracción de los músculos de los ojos. No sonreímos solo con la boca, sino también con la mirada...Nuestra sonrisa puede, por lo tanto, acentuar nuestras patas de gallo.
- La reina de los besos: Si te sientes bien contigo misma puede que seas propensa a sacarte selfies y “poner morritos” en las fotos. Este microgesto forzado provoca el conocido “código de barras”, unas arrugas verticales en la zona superior del labio.
- Adicta al móvil: Las nuevas tecnologías han traído también consecuencias para nuestro rostro. Mirar la pantalla y descender la mirada y el mentón provocan arrugas en la zona del cuello y flacidez.
Emociones que embellecen
Tratar de cuidar y frenar el envejecimiento que provocan las emociones, siempre que no estemos contentos con cómo pasan factura a nuestro rostro está bien, aunque el mejor lifting o tratamiento siempre será tratar de tener pensamientos positivos que nos provoquen emociones sanas y felices.Y, como siempre, tratar de cuidarnos lo mejor que podamos.
- Dormir al menos ocho horas
- Hacer ejercicio al menos 4 veces por semana
- Tener una dieta rica en frutas y verduras, pescado azul y poca carne
- No fumar
- Limitar el consumo de alcohol