La técnica del 10-10-10 es un método especialmente diseñado para tomar decisiones complicadas.
Es decir, ese tipo de decisiones en las que, si eliges el camino A, las cosas pueden salir bien o mal. Lo mismo ocurre con los caminos B y C.
Entonces, en pocas palabras, no sabes qué hacer porque no hay ningún factor que incline la balanza hacia alguna parte.
Para esas decisiones complejas a veces no basta con el viejo truco de la lista de pros y contras.
Es entonces cuando resulta útil emplea la técnica del 10-10-10.
Este método fue inventado por Suzy Welch, una periodista especializada en economía de Estados Unidos, que ya es famosa por sus éxitos editoriales.
Welch estudió en detalle el funcionamiento del cerebro durante la toma de decisiones en su libro “10 minutos, 10 meses, 10 años”.
Aunque podemos manejar muchos tipos de interacciones sociales con una habilidad bastante evolucionada, nuestras mentes, sin embargo, no son tan expertas a la hora de tomar decisiones con múltiples variables y en múltiples marcos temporales, y por un buen motivo.
Descuento hiperbólico
Como especie, los seres humanos tienden a conceder un valor decreciente tanto a las ganancias como a las pérdidas al proyectarlas hacia el futuro.
El término psicológico para esta dinámica es descuento hiperbólico, que, en un lenguaje más cotidiano, significa básicamente que tendemos a actuar como si el futuro no existiera o como si fuera a ser perfecto.
Por ejemplo, comemos comida chatarra, como si no estuviéramos acumulando una enfermedad.
Para neutralizar ese sesgo se creó la técnica del 10-10-10.
Sesgos en la toma de decisiones
En muchas ocasiones utilizamos el instinto a la hora de tomar una decisión importante.
No se trata de menospreciar el instinto, ya que está muy bien para tomar pequeñas decisiones y muchas veces es lo único que se tiene a mano para continuar.
Pero, como método de toma de decisiones convincentes en la vida que se puedan explicar a los demás, y sobre todo como medio para lograr un estilo de vida prudente y autoconsciente, francamente no es lo suficientemente digno de confianza.
El instinto a menudo no es más que una reacción innata que puede tener muy poco que ver con la elección a la que nos enfrentamos en ese momento, y sí tener mucha relación con las elecciones que nuestros ancestros evolutivos afrontaron en la sabana africana.
El método 10-10-10 no puede borrar ciertas predisposiciones neurológicas muy arraigadas que nuestros cerebros desarrollaron para proteger a nuestra especie durante el curso de millones de años.
Pero las puede dominar; de hecho, puede redefinirlas para los tiempos en los que vivimos.
Tendencias cognitivas
Nuestra mente también comete “errores” cuando guía sus decisiones confiando en los consejos de otras personas.
Por ejemplo, tendemos a dar más crédito a la primera y a la última información recibidas, y descartamos la que hemos oído entre ellas, a pesar de su veracidad o relevancia.
Algunos psicólogos cognitivos también creen que tenemos una fuerte tendencia innata a creer la información recibida de las personas que nos gustan y quitamos importancia a la recibida de las que no.
El proceso 10-10-10 interfiere con este tipo de “sordera” informativa tan selectiva.
Puede que tu mente quiera que ignores algo que escuchaste hace dos semanas o un comentario de un vecino viejo y gruñón.
La disciplina del proceso no lo permitirá.
Y el 10-10-10 no te permitirá creer la información que has oído una y otra vez, porque, por definición, requiere que analices los hechos y las suposiciones.
¿Cómo funciona la técnica del 10-10-10?
La técnica del 10-10-10 comienza con la formulación de la pregunta que da origen a la decisión compleja.
Lo primero, entonces, es definir claramente cuál es el problema que se pretende resolver o cuál es la decisión que se debe tomar.
Por ejemplo, ¿debo cambiar de trabajo? ¿Es momento de tener un hijo? ¿Lo mejor es irme del país?
Cuanto más preciso seas al definir la pregunta, más fácilmente lograrás tomar una decisión acertada.
El panorama se aclara mucho cuando sabemos exactamente cuál es el elemento esencial de un problema o las variables que lo mantienen.
Lo que sigue es recopilar información.
Esto se puede hacer mediante la lectura, la conversación o cualquier otro medio que se tenga a mano.
Lo que se pretende es identificar los principales caminos que hay para resolver el problema o solucionar el conflicto.
El objetivo
Responder a tres sencillos interrogantes: ¿cuáles serán las consecuencias de cada una de mis opciones en diez minutos? ¿Y en diez meses? ¿Y en diez años?
Los tres tiempos
La técnica del 10-10-10 no debe asumirse de forma estrictamente literal.
Es decir que no necesariamente tienes que preguntarte por los diez minutos, o diez meses, o diez años.
Esto es simplemente una forma didáctica de ilustrar el funcionamiento del método.
Lo que se busca es mirar la situación en términos de lo inmediato, a mediano y a largo plazo.
El primer momento se refiere a las consecuencias que puede tener una decisión ahora mismo, en el instante preciso en que se toma.
El segundo momento alude a cuando la decisión ya ha sido tomada y arroja sus primeras consecuencias.
Y el tercer momento tiene que ver con el futuro remoto y los efectos que la decisión irá teniendo en el tiempo.
Se llama técnica del 10-10-10 simplemente porque Suzy Welch quería emplear este nombre como un mantra.
Sin embargo, a lo que alude básicamente es al momento de la exaltación (o toma de decisión), a un tiempo después y al tiempo en que ya todo está dicho y hecho.
El análisis
Una vez se han visualizado los tres tiempos, mediante la técnica del 10-10-10, se lleva a cabo un análisis adicional.
En este deben intervenir la información que se ha recopilado, las opciones que se han visualizado, las creencias, metas, sueños y necesidades.
Welch señala que en este punto hay que formularse una pregunta concreta: ¿cuál es la opción que me ayuda a tomar mayor control sobre mi propia vida?
La respuesta a esa pregunta es el factor definitivo para tomar la decisión.
Aquello que garantice mayor coherencia con el plan de vida es lo más adecuado.
Muchas personas se sorprenden del resultado final, ya que es usual que este proceso haga aflorar miedos, o deseos que no eran muy claros.
Al tener que revisar metódicamente nuestras opciones en varios marcos temporales, el proceso pone a prueba nuestras predisposiciones neurológicas profundamente arraigadas.
Nos fuerza a diseccionar y a analizar qué estamos decidiendo y por qué motivo, y nos empuja a identificarnos con quién queremos llegar a ser.
El método 10-10-10 obliga a desconectar el piloto automático en la toma de decisiones.
Por supuesto nunca seremos capaces de hacer desaparecer el puro instinto de nuestras vidas, pero el 10-10-10 nos incita a reflexionar y luego a actuar.