Esta red está muy activa cuando dejamos desfilar libremente los pensamientos por nuestra cabeza, lo que ocurre de forma muy natural cuando realizamos actividades tales como practicar un deporte (por ejemplo, correr) o cuando viajamos o conducimos.
Recuerda esas clases de la universidad en las que era imposible atender las explicaciones mientras la atención se focalizaba sobre pensamientos que fluían libremente, la RND posiblemente se encuentra muy activa en esta situación.
Se cree que, en estas situaciones el cerebro organiza recuerdos y estímulos que han llegado previamente a nuestra corteza, cuando nos encontrábamos inmersos en una determinada tarea.
Es decir, al concentrarnos en algo la RND se apaga, permitiendo la coordinación neuronal necesaria para realizar dicha tarea.
Una vez cese el estrés de la actividad, la RND debería tomar el control y empezar a organizar.
Este es más o menos el mecanismo por el que se cree que funciona.
Un cerebro sano
Un cerebro sano debería tener capacidades para realizar ambas tareas: debemos ser capaces de focalizar la atención sobre asuntos relevantes, pero, además, es importante la capacidad para desconectar y organizar lo aprendido, para estar en condiciones óptimas una vez volvamos a enfrentarnos a una situación relevante.Las personas que manifiestan ansiedad (incapacidad de relajación) probablemente posean cierto “apagón” de la RND.
La red incluye zonas como la corteza parietal o la corteza prefrontal.
La primera relacionada con la construcción del “yo” y la evocación de experiencias personales.
La segunda implicada en la empatización de emociones y en la planificación y la toma de decisiones.
Las personas con ansiedad se quejan frecuentemente de la incapacidad de concentrarse en tareas concretas.
La ansiedad generalizada es un estado de la conciencia dirigido a nada en concreto (uno de los pocos estados de conciencia en los que no se cumple su supuesta característica de intencionalidad hacia algo), lo que concuerda con la idea de que la función de la RND es coordinar áreas cerebrales para que posteriormente estemos preparados para la focalización sobre un estímulo determinado.
En conclusión
Las personas con ansiedad tendrían según esto una focalización excesiva de la atención sobre pocos estímulos y habrían perdido la capacidad de “desconcentrarse”, impidiendo la recuperación fisiológica neuronal y por tanto alterando la capacidad de atención la próxima vez que la necesiten.Pero se puede especular aún más: las personas con ansiedad muestran frecuentemente síndrome de despersonalización, el cual se ha relacionado con apagones del lóbulo parietal, implicado en la red.
La duda es: ¿relaciones causales o casuales?