La práctica hace al maestro

La práctica te convierte en experto. La práctica te hace profesional de algo.

Pero… ¿Sabes qué practicas realmente en tu vida cotidiana?

A menudo estamos practicando cosas como la impaciencia, el estrés, la rabia, la frustración, la tristeza, el enfado, vivir con el botón automático, ...

Practicamos el miedo tantas veces al día, practicamos la duda. Y practicamos el no creer en nosotros mismos.

Practicamos el vivir como un hámster en una rueda, corriendo, corriendo sin parar dentro de la rueda, pensando que vamos hacia algún sitio y terminamos sin llegar a ninguna parte.

Practicamos el posponer lo que nos haría bien

Practicamos el priorizar, el trabajar sobre el vivir, el hacer sobre el ser.

Cultivamos el no dormir, practicamos el no cuidarnos.

También practicamos dejar a un lado el amor, practicamos ver la televisión y llenar nuestra mente de malas noticias.

Si tienes alguna duda, solo presta atención a cualquier telediario de cualquier cadena de TV. Resulta sorprendente la cantidad de minutos que dedican a transmitirnos las peores conductas del ser humano.

Y, sin duda, aprendemos de los ejemplos.

Practicamos rechazar nuestro propio cuerpo, criticarnos duramente a nosotros mismos.

La práctica del miedo evita que seas libre

No es posible sentirte LIBRE si tienes miedo a no encajar, si vives preso de ese miedo, o de cualquier otro.

No es posible sentirte libre si no te das el derecho a salirte de la norma, a hacer lo que sientes, a estar sólo con quien quieres.

Y si no te sientes libre, no es posible ser FELIZ.

Por ello, es importante descubrir tu propio sueño, encontrar lo que es realmente importante para ti, de lo que te llena y te hace feliz.

Tus sueños te revelan cuáles son tus valores, y tus valores te descubren quién eres.

¿Qué practico cada día, cada hora?

Te sorprenderías si te digo que practicas la falta de armonía, la tensión, el caos cotidiano

Ten en cuenta que llegarás a ser un experto en todo aquello que practiques con suficiente asiduidad.

Todo lo que practicas se hará cada vez más fuerte en tu vida, irá ocupando espacio, ganando terreno.

Practica cada día, en cada momento, reflexiona y practica, crea unos hábitos.

Conscientemente

De la misma manera en que los adolescentes empiezan a beber porque es lo que ven alrededor, o a fumar para sentirse más mayores, nosotros también hemos ido imitando y aprendiendo de los adultos anteriores todas estas prácticas.

Y aquí caemos todos, por inercia.

No hacemos esto conscientemente, lo hacemos sin darnos cuenta, porque es una práctica extendida en nuestra sociedad.

Damos por sentado que es lo normal. Pero no es lo natural.

¿Qué camino quieres tomar?

El ser humano, como todo organismo vivo, responde a una serie de principios básicos: tiende a aproximarse a lo bueno, a lo que le da bienestar, y alejarse de lo que le causa sufrimiento.

Sin embargo, en nuestra cultura algunos elementos se han distorsionado y vivimos enganchados a ciertas emociones que no siempre juegan a nuestro favor.

Nos enganchamos al victimismo, no somos capaces de ver la luz al final del túnel.

Nos hundimos con las adversidades, en lugar de contemplarlas como oportunidades de aprender, de salir robustecidos.

Es el momento de cambiar la perspectiva y tomar un nuevo sendero.

Hagámonos responsables de nuestra vida, no hay un sino que determine nuestros pasos, nosotros decidimos en todo momento hacia dónde dirigirnos.

Hoy también tienes la oportunidad de pararte, de abrir los ojos y decidir que tú no quieres seguir por ese camino.

Que quieres caminar por una senda que te lleve a la felicidad.

Tú eres quien dirige tu camino y tu vida, tú marcas los pasos, cuando cambias tu actitud se abren nuevas oportunidades, nuevos caminos.

Reclama ese tiempo para ti. Ocúpalo de antemano en algo/alguien que te haga feliz.

Ahora es tu turno, ¿Qué conductas practicas conscientemente en esta etapa de tu vida? ¿A qué nuevas conductas quieres darle una oportunidad?

Tómate tu tiempo y explora dentro de tu interior. Y después, decide ¿Hacia dónde te quieres dirigir?

Tuneado del artículo publicado en www.lamenteesmaravillosa.com

Autor: Marina Fernández