La motivación por el trabajo (1 de 2)

Todos sabemos y estamos de acuerdo en que tener empleados motivados provoca que estén más comprometidos con la empresa y el proyecto.

Ahora bien, lo que no está tan claro es cómo conseguir ese grado de motivación.

Un empleado motivado es aquel que está orgulloso y recomienda su empresa y eso no es algo frecuente. ¿Por qué? ¿Cómo lograr ese compromiso, esa motivación?

Para conseguir este objetivo se pueden considerar dos vertientes: La individual, del trabajador y la propia de la organización en la que el individuo desempeña su labor.

En la entrega de hoy vamos a analizar cómo se puede trabajar la motivación desde la propia persona y dejamos para mañana la tarea a acometer por parte de la Organización. Veamos.

¿Cómo podemos recuperar la ilusión por nuestro trabajo?

Todos tenemos derecho a tener uno o varios días malos. Lo preocupante es cuando esta sensación se apodera de ti y no te abandona.

Puede que estés desmotivado por alguna de las siguientes causas:

  • No llegas a todo y te sientes desbordado.
  • Trabajas muchas horas y tu vida particular es una ruina.
  • Te sientes sólo ante nuevos retos. Los resultados que obtienes no son los que esperabas y no ves cómo lograrlos.
  • En tu equipo últimamente no hay más que zancadillas y obstáculos.
  • Ves en los demás una pasividad y desmotivación que ha terminado por contagiarte.

Lo importante es darnos cuenta de qué nos ocurre y tratar de ponerle remedio.

Es muy importante que nos enfrentemos al problema sin dilación, debemos ser conscientes que una persona desmotivada puede contaminar al resto del equipo.

Una persona en este estado, incluso sin quererlo, trasmite su tensión, quejas y malas sensaciones.

¿Qué pasos podemos dar para recuperar nuestra energía y motivación?

Algunas recomendaciones interesantes pueden ser:

  • Ver el motivo de nuestro trabajo

    Detrás de cada cosa que hagamos debe haber un por qué y un para qué, debe de haber una razón, tiene que ser un medio para lograr un objetivo.

    Cuando hacemos cosas sin saber su razón, es muy fácil que no veamos el sentido de nuestro esfuerzo y esto lleva a la desmotivación.

    Debemos alinear lo que hacemos con un fin.

    Cuando de esta manera visualicemos el fin, será muy fácil buscar en él la motivación.

    Tratemos de imaginar cómo estaremos con los objetivos cumplidos

  • Ser constantes

    No podemos abandonar al primer inconveniente, muchas veces no salen las cosas tal y como las habíamos previsto.

    Debemos analizar de forma objetiva las causas y buscar las razones que nos han impedido llegar a nuestro destino.

    Esto nos debe servir para mejorar. Nos dará un motivo y unos medios para hacerlo mejor la próxima vez.

  • Que no te preocupen los momentos malos

    La vida es dura, el trabajo no es un camino de rosas, a cada paso que damos nos encontramos con obstáculos.

    Siempre van a aparecer momentos malos y difíciles, lo que no debe ser disculpa para bajar los brazos.

    Debes saber que existen, reconocerlos y tratar de superarlos apoyándote fundamentalmente en los resultados que persigues.

  • Tal vez lo que necesites sea un descanso

    El pensar que somos imprescindibles, el tratar de abarcar más de lo que podemos, tarde o temprano, nos jugará una mala pasada.

    El simple hecho de salir a tiempo del trabajo para practicar algún deporte, divertirnos con nuestro ocio, poder estar más tiempo con nuestra familia y disfrutar de un buen descanso, nos puede hacer ver de diferente manera al día siguiente.

    Una adecuada desconexión de nuestras obligaciones, del móvil, del correo electrónico, de las redes sociales incluso del ordenador, nos facilita el cargarnos de energía para los siguientes retos.

  • Descompongamos el “gran reto” en tareas asequibles

    En muchas ocasiones el problema es que nos planteamos retos muy grandes y difíciles. No seamos nosotros los que nos pongamos piedras en el camino.

    Si nuestros objetivos son muy grandes, fragmentemos, busquemos objetivos más pequeños, más accesibles.

    En ocasiones la ilusión y la pasión se mantiene cuando logramos dar pequeños pasos que nos acerquen a las grandes cosas.

    Especialmente en esos días en que “todo te da igual” es necesario que miremos y nos fijemos en esas pequeñas cosas que tanto nos gustan.

  • Recompénsate de vez en cuando

    Disfruta de lo que haces, celebra y agradece cada problema resulto, cada vez que sientas o veas que estás avanzando de verdad.

    No te obsesiones por tus objetivos continuamente hasta esperar a que este todo logrado para celebrarlo.

    Fíjate pequeños hitos, pequeños logros, cuando los consigas regálate con pequeñas recompensas.

Recuerda que es normal perder la ilusión a veces. Lo importante es perseverar y ponerle solución si ves que te afecta de forma exagerada y/o durante demasiado tiempo.