La importancia de hablar sobre salud mental en el trabajo

No es fácil cuantificar el número de personas que sufren trastornos mentales en España, pero se calcula que alrededor del 25% los ha sufrido, los sufre o los sufrirá.

Y uno de los motivos por los que resulta complicado concretar el número es debido a que muchas personas no llegan a tratarse o ni siquiera lo llegan a admitir, sobre todo los problemas más leves.

En particular, se convierte en un tema especialmente tabú en el mundo laboral, donde los empleados temen sentirse incomprendidos y juzgados negativamente.

Pero los expertos están de acuerdo en que normalizar esta situación es clave para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en un ámbito tan omnipresente como la satisfacción laboral.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es "un estado de bienestar en el que la persona es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad".

Que el estrés llegue a complicar la ejecución de tus tareas diarias y llegar a notarte menos despierto y productivo son solo las primeras llamadas de atención.

No es necesario tener un trastorno diagnosticado como tal por tu médico, para asumir que necesitas tomarte un respiro, revisar tu lectura de tu posición en el entorno laboral y vital y tomar el control del cuidado de tu salud mental.

Comentar con tu familia, tus compañeros o tus jefes que estás sufriendo algún tipo de malestar emocional o mental ayuda a que puedan entender mejor tus comportamientos o reacciones en el entorno de trabajo.

"Es normal que una mala gestión del estrés cambie tus interacciones con las personas que tienes alrededor y que ello impacte en tu productividad", explica Diana Navarro.

"Quizá necesites realizar otras tareas o repartir el trabajo de forma distinta, y los demás tienen que saberlo para poder ayudarte".

Uno de los principales motivos para no admitir nuestro handicap temporal, es el temor a sentirnos juzgados, a que los demás piensen que somos débiles o simplemente incapaces de realizar nuestro trabajo.

Pero lo cierto es que sufrir una depresión, como una gripe, son enfermedades que te suceden, pero no te definen.

Los expertos coinciden en que es una situación difícil de abarcar, aunque ya se están dando pequeños pasos.

Hace unas semanas se viralizó un intercambio de correos electrónicos entre trabajadora y jefe que trataba precisamente de este tema.

Madalyn Parker, empleada en una empresa de software, envió un correo electrónico a su equipo diciendo que se iba a tomar dos días libres para centrarse en su salud mental.

Según declaró, quería ser un ejemplo para que su equipo supiera que "pueden sentirse cómodos tomándose días por salud mental, incluso si no lo dicen".

Esta historia es importante porque su jefe respondió a sus mensajes dándole las gracias por admitirlo públicamente.

"Eres un ejemplo para todos nosotros a la hora de enfrentar este estigma y podamos dar lo mejor de nosotros mismos en el trabajo", explicaba el jefe en el correo.

Parker publicó los correos en Twitter y los tuiteros hicieron el resto: la publicación acumula casi 17.000 retuits y 45.000 me gustas.

"El hecho de que se haya hecho viral una historia como esta también es sintomático: implica que muchas personas se han sentido identificadas con ella", cuenta Navarro.

Es un ejemplo de una de las iniciativas que pueden desarrollar las empresas para que los trabajadores entiendan que es tan importante hablar de los problemas físicos como de los mentales.

El portal de promoción de la salud en el trabajo, dependiente del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, defiende que es necesario la colaboración de empresas, trabajadores y la sociedad general para que se siga avanzando en este sentido.

Que la cultura empresarial incorpore estos conceptos en sus políticas de prevención de riesgos laborales se convierte en un punto clave.

Los empleados, por su parte, deben vencer viejos temores que estigmatizan las, digamos, “enfermedades mentales”, su reconocimiento de patología “normal” tiene que contribuir a que se sientan comprendidos y seguros, procurando que la aceptación de un momento de saturación físico-mental se convierta en un acto proactivo y voluntario.

La idea es conseguir que la empresa amplíe el ámbito de su prevención de riesgos laborales y se responsabilice de conseguir un ambiente de confianza para el trabajador que propicie el desarrollo pleno de sus capacidades, al mismo tiempo que el trabajador asuma la responsabilidad de mantener su salud en orden.

Adaptado del artículo publicado en El PAIS
el 8 de agosto de 2017
Autor: M. Victoria S. Nadal