Gimnasio de última generación

Acostumbramos a ejercitar el cuerpo en el gimnasio para estar en forma, pero en general descuidamos la parte mental. Afortunadamente esto está cambiando.

Cada vez más recurrimos al psicólogo (incluso para niños), practicamos mindfulness o yoga, o jugamos con la consola o el móvil para entrenar el cerebro.

¿Y si ya que vamos al gimnasio para estar en buena condición física, de paso hacemos ejercicios para mantener la mente activa?

Eso es precisamente lo que propone un novedoso programa llamado fitness mental.

Mens sana in corpore...

Orientado sobre todo a personas a partir de los 50-60 años de edad, este entrenamiento combinado está diseñado principalmente para trabajar la forma física (tono muscular, resistencia cardiovascular, movilidad, coordinación y equilibrio) y prevenir el deterioro cognitivo (estimular la atención, la memoria, la orientación temporal espacial, lenguaje…).

Pero también actúa a nivel psicológico (mejora el estado de ánimo o minimiza el estrés), funcional (fomenta la autonomía en las actividades diarias) y social (al interactuar con otras personas).

Seis bloques de diez minutos

Cada clase de fitness mental se divide en seis bloques de diez minutos.

En el primero se realizan ejercicios de resistencia cardiovascular con coreografía (esta ejercita la memoria y la coordinación) a modo de calentamiento.

Durante el segundo se toca la estimulación cognitiva: se completan tres fichas de ejercicios, que pertenecen a alguno de los libros diseñados por el psicólogo y profesor de la Universidad Complutense Andrés Sardinero Peña, y se colorea un mandala.

En el siguiente intervalo, se ejercita de nuevo el cuerpo con alguna actividad de control postural y para la movilidad articular y el equilibrio, como pilates, yoga, taichi o ballet.

El cuarto bloque se dedica a realizar más trabajo de estimulación cognitiva con otras fichas.

A continuación, diez minutos de ejercicio de fuerza (mancuernas, balón medicina, gomas…).

Jugar, estimular, oler

Para finalizar, dos intervalos de 5 minutos cada uno: el primero de nuevo para el entrenamiento del cerebro, pero de forma lúdica (puzles, cartas…), el segundo para estiramientos.

Durante toda la sesión se estimula el sentido del olfato a través de distintos aromas (canela, menta y romero), ya que con ellos se activan diferentes regiones del cerebro, como el hipocampo y la amígdala, fuertemente relacionadas con la memoria y la emoción.

Por eso algunos olores nos transportan al pasado o nos recuerdan a personas, lugares, vivencias…

“Antes de empezar se lleva a cabo una evaluación de las capacidades cognitivas de la persona, con distintas pruebas neuropsicológicas, para que conozca su estado cognitivo a través de un informe.

A final de curso se vuelve a hacer otra evaluación para compararla con la anterior”, explica la psicóloga Laura Pleguezuelos, quien se encarga de realizar esta medición de las capacidades cerebrales en el Centro donde, en breve, se va a iniciar este programa.

“Las clases de fitness mental ayudan a mantenerse activos y con un espíritu joven. Y cuanto antes se empiece a estimular el cerebro, mejor”, explica Fer González, maestra especializada en Educación Física, subdirectora del Centro y creadora de este programa.

Así que ya sabes, si quieres llenar tu reserva cognitiva, ponte ya a trabajar.

El Zentangle

Profundizando en la propuesta del segundo bloque de este gimnasio 2.0, en los últimos años, se han puesto de moda los libros de colorear para adultos (desde mandalas hasta ilustraciones de temática erótica) con un fin terapéutico, como una manera de relajarse y centrarse en una tarea lúdica y creativa evocando la niñez.

Pero existe otro método todavía más creativo aún porque se trata de dibujar: el Zentangle, una tendencia aún incipiente en nuestro país, aunque la técnica se inventó ya hace diez años. Y lo mejor de todo es que este ejercicio mental puedes practicarlo, aunque seas la persona más torpe del mundo con el dibujo.

El término proviene de las palabras zen (filosofía oriental de meditación) y tangle (enredo).

Y es precisamente eso en lo que consiste, en dibujar determinados patrones (cada uno tiene su propio nombre) para estar concentrados como en mindfulness.

Si sabes dibujar un punto, un círculo, una raya, el símbolo matemático semejante a (~) y un paréntesis, entonces eres apto para iniciarte en este divertido y relajante método con el que las horas pasan y pasan sin darte cuenta.

Y el resultado es una pequeña obra de arte visualmente maravillosa, reflejo de ese momento de creación único e irrepetible de tu vida.

Lo importante no es dibujar bien

Conocido como yoga para el cerebro, entre los beneficios que aporta se encuentran cultivar la paciencia, luchar contra el estrés, mejorar la coordinación y la capacidad de resolver problemas y desarrollar la creatividad.

Para ello la filosofía Zentangle exige poner atención en el trazo de cada línea (para tener la mente focalizada).

No importa si dibujas mal o bien los patrones, lo que importa es el proceso, el hecho mismo de dibujarlo, no el resultado.

Y si te equivocas, no se borra, sino que lo solucionas como harías ante un problema en tu día a día.

Los dibujos de Zentangle se efectúan sobre un papel específico, llamado tesela, con forma de cuadrado de unos 9 x 9 cm y de color blanco, aunque para niveles más avanzados también encuentras redondas y en negro para trazar los dibujos con lápiz blanco.

Además de este material, para empezar, solo necesitas un rotulador negro (fino) y un lápiz negro.

Meditación creativa

Grosso modo, esta meditación a través del dibujo consiste en dibujar primero cuatro puntos para unirlos en un cuadrado.

A continuación, se trazan líneas para dividir el papel en diferentes compartimentos, los cuales luego deben rellenarse cada uno con un patrón diferente, el que más te apetezca.

Y finalmente se sombrea para dar volumen.

El dibujo fluye de forma libre con intrincadas formas y diseños.

Si echas un vistazo por internet, verás lo vistosos que quedan, algunos son espectaculares.

El Zentangle lo ha ideado un matrimonio estadounidense, Maria Thomas y Rick Roberts, y tienen hasta su propia página web.

En torno a esta técnica se ha creado una comunidad que hasta inventa patrones y los comparte con otros aficionados.

Youtube está plagado de vídeos y existen grupos afines en redes sociales como Facebook e Instagram.

Si pruebas, estamos seguros de que te va a encantar.

Artículo publicado en El Confidencial
Autor: Marta Villalba