Envejecimiento saludable, positivo y con éxito

El modelo de Fernández Ballesteros representa el referente europeo de los modelos de envejecimiento activo.

Esta autora se ha encargado a lo largo de los años de definir tanto el envejecimiento con éxito como «un concepto multidimensional que comprende y trasciende respecto a la buena salud y compuesto por una amplia gama de factores biopsicosociales»; como envejecimiento positivo y el envejecimiento saludable.

Según Fernández Ballesteros las condiciones de salud, funcionamiento físico óptimo, alto funcionamiento cognitivo, afecto positivo y participación social son los criterios generalmente aceptados entre los investigadores (parcialmente o en su conjunto), para identificar esta forma de envejecer.

Es más, todas estas condiciones multidimensionales también aparecen en el concepto «popular» de envejecer bien que las propias personas mayores tienen, y ello está extendido entre distintos países y culturas.

Envejecimiento con éxito: Modelo Fernández-Ballestero

Según Fernández-Ballesteros y sus colaboradores, envejecimiento con éxito es un concepto relativamente nuevo sinónimo de otros conceptos tales como envejecimiento saludable, activo, productivo, óptimo y positivo.

Estos conceptos reflejan una extrema variabilidad en las formas de envejecer definidas por Rowe y Khan: envejecimiento usual, patológico y con éxito.

En este sentido, el envejecimiento con éxito puede ser considerado como una variable categórica a través de la cual es posible determinar, para una determinada población, qué porcentaje de personas envejecen con éxito, de la misma manera que se puede establecer la prevalencia de las personas mayores dependientes, o de las que presentan un envejecimiento patológico.

El envejecimiento con éxito es considerado como un concepto multidimensional que abarca, y supera, la buena salud y que está compuesto por un amplio conjunto de factores bio-psico-sociales.

Envejecimiento con éxito: Modelo Rowe y Khan

Rowe y Khan los definen con los siguientes componentes: baja probabilidad de enfermedad y de la discapacidad asociada, alto funcionamiento físico y mental y alta participación social.

Sin embargo, otros autores enfatizan la valoración subjetiva y la satisfacción con la vida como elementos clave de un envejecimiento exitoso e, incluso, otros consideran como elemento clave la actividad y productividad social.

En resumen, el modelo de Fernández-Ballesteros considera las condiciones de salud, funcionamiento físico óptimo, alto funcionamiento cognitivo, afecto positivo y participación social como los criterios generalmente aceptados.

Definición de envejecimiento con éxito

En cuanto a las definiciones simples de envejecimiento con éxito, se tienen en cuenta las enfermedades, la salud subjetiva, el estado mental y la satisfacción informada.

En cuanto a las definiciones complejas, se han desarrollado 4 definiciones combinadas de envejecimiento con éxito:

1) Enfermedad con un valor bajo, elevada satisfacción, elevada puntuación en el test Mini Mental State Examination (MMSE) y poder valerse por sí mismo;

2) Salud subjetiva bastante buena o muy buena, puntuación elevada en el MMSE mayor o igual, satisfacción elevada y poder valerse por sí mismo;

3) Actividades de ocio por encima de la media, elevada puntuación en el test MMSE y poder valerse por sí mismo;

4) Productividad mayor que la media, puntuación elevada en el MMSE mayor o igual, satisfacción elevada y poder valerse por sí mismo.

Basados en los indicadores simples, los autores señalan que el porcentaje de envejecimiento de éxito varía en función de los criterios utilizados: los criterios singulares producen un porcentaje mayor que los criterios compuestos y los subjetivos (satisfacción y salud percibida subjetivamente), lo que es coherente con las teorías que individualizan en la satisfacción de vida el indicador más relevante del envejecimiento con éxito.

Envejecimiento positivo

En otro trabajo de Fernández Ballesteros y sus colaboradores, abordan el envejecimiento positivo, término inserto en el mismo dominio semántico que el de envejecimiento con éxito y que se basa en 3 postulados:

1) El envejecimiento es un complejo fenómeno en el que se asocian cambios en el transcurso de la vida con una variabilidad intraindividual, sea respecto a la velocidad, sea respecto al nivel y a la dirección. Esta heterogeneidad se expresa con diversas terminologías utilizadas para describir el envejecimiento, como las utilizadas por Rowe y Kahn: envejecimiento usual, óptimo y patológico

2) La capacidad de aprender, la modificación y los cambios positivos han caracterizado a los seres humanos a lo largo de la historia y están presentes también a lo largo de la vida. Durante el envejecimiento, las personas pueden optimizar los propios recursos biológicos, comportamentales y sociales y compensar los déficits que pueden presentarse.

3) En las fases finales de la vida, el balance entre adquisiciones y pérdidas se va convirtiendo poco a poco en menos positivo. Este balance está asociado a la muerte y depende de la evaluación subjetiva y de las imágenes negativas socialmente asociadas al envejecimiento. En función de todo esto, los trastornos del envejecimiento pueden ver demorada su aparición a través de decisiones personales (por ejemplo, a través de cambios en los estilos de vida).

El concepto de envejecimiento positivo es, por lo tanto, un intento de compensar la tendencia difundida de analizar los aspectos negativos del envejecimiento a favor de los aspectos positivos útiles, para tener una visión más amplia y más real del envejecimiento y reducir las imágenes negativas y sus consecuencias sobre el individuo y la sociedad.

Variables de éxito

Desde un punto de vista científico, la mayor parte de los términos que entran en el concepto paraguas «envejecer bien» se definen a través de un conjunto de éxitos (comprendido por indicadores de naturaleza biopsicosocial), pero se está lejos de tener un set de componentes e ingredientes compartidos, teniendo en cuenta que algunos autores se focalizan en visiones que consideran perspectivas unidimensionales, es decir, no multidimensionales.

En el ámbito de un estudio longitudinal sobre el envejecimiento activo en 2011, se analizó a 458 ancianos (edad media 66,47 años, en un rango de edad de 55 a 75 años).

Con el fin de probar la estructura interna conceptual del envejecimiento positivo, se han considerado variables de éxito:

  • Salud percibida objetivamente (número de enfermedades diagnosticadas, número de fármacos ingeridos),
  • Salud percibida subjetivamente (3 preguntas relativas a la evaluación de la propia salud), fitness físico objetivo (equilibrio estático y dinámico y body mass index [en español, IMC]) y fitness subjetivo (autoevaluación de la fuerza, la resistencia y la flexibilidad), funcionamiento cognitivo (evaluado a través de diversos test neuropsicológicos y a través del test MMSE),
  • Afecto (evaluado subjetivamente a través del nivel de satisfacción de la propia vida, comparación entre afectos diversos, el equilibrio emotivo) y
  • Actividad (medida a través de la frecuencia de la actividad productiva y la actividad de diversión).

En resumen, el trabajo del 2011 apoya una visión multidimensional del envejecimiento positivo y la importancia de combinar medidas objetivas y subjetivas.