El vago y tu (y III)

Causas de la disfunción del nervio vago y sus remedios

La diabetes es una causa común de daño en el nervio vago.

El mecanismo por el que esta enfermedad lesiona el nervio no se conoce del todo todavía. Cualquier nervio del cuerpo puede verse afectado por la diabetes.

Otra causa de daño en el nervio vago es que se produzca un traumatismo en él. Esto puede estar causado por un golpe recibido por el cuerpo (a consecuencia, por ejemplo, de un accidente de automóvil) que ejerce una presión en parte del nervio vago.

Una intervención quirúrgica también puede provocar esta presión sobre el nervio y dañarlo.

Enfermedades crónicas, como el VIH o la enfermedad de Parkinson, también pueden ocasionar lesiones en el sistema nervioso, incluido el nervio vago.

Síntomas

Si el nervio vago se inflama, podemos tener náuseas, ardor de estómago, mareos, dolor de cabeza, taquicardia, dolor y rigidez en el cuello, vómitos o lo que se llama “crisis vagal”, que se exterioriza con síntomas como una gran sudoración, tez pálida, malestar general e incluso, desmayos.

Como el nervio vago pasa por la garganta, si se daña puede producirnos problemas para hablar y tragar. También nos puede causar problemas digestivos, pérdida del apetito o su contrario, sentirnos llenos por poco que comamos.

Teniendo en cuenta la estrecha relación entre Sistema Nervioso Central y Sistema Nervioso Entérico, se puede sospechar de problemas en este eje cerebro-intestino, cuando además de diversos tipos de trastornos gastrointestinales (gases, inflamación, estreñimiento, diarrea, dolor de tipo abdominal) nuestra respuesta emocional sea desproporcionada.

Puede ser el caso de conductas agresivas, de ansiedad, de enojo, de tristeza, de depresión, de miedo …, aunque en muchas ocasiones la causa o el motivo no exista como tal.

Pero además la falta de motivación, la apatía, la desgana y la dificultad para recordar ciertos acontecimientos también podría estar detrás de los procesos mencionados.

Si estos comportamientos no desaparecen rápidamente, conviene actuar para evitar que, por el mecanismo de retroalimentación mencionado, la cosa acabe en algo más grave.

Los síntomas de daño dependen de la gravedad de la lesión, su ubicación y de si los vasos sanguíneos cercanos también han sido afectados.

Si se inflama el nervio vago, sus funciones lógicamente se verán afectadas.

Los principales síntomas de disfunción del nervio vago son:
  • Cambios vocales. Cuando el nervio vago está dañado pueden experimentarse dificultades para mover la lengua mientras se habla o ronquera si ha sido afectada la ramificación que se dirige a la laringe.
  • Disfagia. El nervio vago controla muchos músculos del paladar y la lengua que, si se encuentran dañados, pueden causar dificultad para tragar (disfagia).
  • Cambios en el reflejo nauseoso. El nervio vago controla el reflejo nauseoso, por lo que el daño puede hacer que este reflejo se pierda, incrementándose el riesgo de ahogarse con la saliva o la comida.
  • Pérdida de la audición. Puede ser producto de un daño de la ramificación del nervio vago que inerva la concha del oído.
  • Problemas cardiovasculares. El daño de este nervio puede causar efectos secundarios cardiovasculares, incluso latidos irregulares y arritmia.
  • Problemas digestivos. El daño del nervio vago puede ocasionar problemas con las contracciones del estómago y los intestinos, lo que podría producir estreñimiento.
Además, un daño en el nervio vago puede causar gastroparesia, una enfermedad en la que los músculos del estómago dejan de funcionar con normalidad.

Un estómago sano se contrae para impulsar los alimentos hacia el intestino delgado; una lesión en el nervio vago puede interferir en esa función, haciendo que la comida se mueva lentamente o deje de moverse por completo a través del sistema digestivo.

Entre los síntomas de la gastroparesia se incluyen la sensación de estar lleno tras comer una pequeña cantidad de comida, la pérdida de peso, el ardor de estómago y las náuseas. La administración de fármacos y algunos cambios en la dieta pueden ayudar a resolver los síntomas de la gastroparesia.

Nervio vago inflamado: Tratamiento y Remedios

Cada trastorno, lógicamente, requiere un cuidado específico. Si la disfunción del nervio vago se debe a una crisis con desmayos, disminución de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, es posible que el médico prescriba algún fármaco específico.

En el caso de los problemas que afectan al nervio vago es muy útil la denominada Maniobra de Valsalva, que toma su nombre del médico y anatomista que la ideó (Antonio María Valsalva), y que se debe realizar solo por manos expertos para evitar causar más daño que bien.

Es una maniobra de compensación forzada del oído medio que ayuda a estimular los nervios vagos de ambos lados, derecha e izquierda, de una manera bastante eficaz.

Recuerde que, si padece cualquiera de estos síntomas, y para contar con un diagnóstico certero y resolver todas las dudas, debe consultar siempre a su médico.

Cómo estimular el nervio vago

Una de las mejore maneras de ayudarnos y prevenir desequilibrios es con una alimentación de tipo ancestral, que contenga principalmente pescados, vegetales, frutos secos y frutas, evitando la alta dependencia de los cereales (principalmente los derivados refinados del trigo) de aceites vegetales oxidados, de azucares, de "lácteos", de comida procesada, dejando períodos de ayuno más o menos largos, manteniendo una vida activa, implementando incluso entrenamientos intensos (no extenuantes).

Pero, por la estrecha relación entre el nervio vago y el cerebro, la otra gran forma de estimularlo y mantenerlo saludable es la respiración consciente, la relajación y la meditación.

Hay que señalar la importancia de una correcta respiración a la hora de realizar prácticas relacionadas con relajación y meditación.

La respiración no sólo nos suministra oxígeno, sino que también nos proporciona “prana” o “chi”, que es la energía vital que mantiene los sistemas energéticos y físicos funcionando, y que es la representación “terrenal” de las energías sutiles que nuestra alma recibe del universo.

La respiración es la única función del Sistema Nervioso Autónomo que puede ser controlada y regulada por la conciencia, por lo tanto, funciona como vínculo entre la dimensión psíquica y física del ser humano; es un puente de conexión entre la mente y el cuerpo.

El poder de la respiración

Unas respiraciones profundas, hechas conscientemente, sirven tanto para calmar nervios antes de una presentación, entrevista o charla en público, como para ponernos en un estado de relajación y calma mental tras una jornada de trabajo.

Respirar hondo, llenar los pulmones a tope y luego sacar todo el aire que uno pueda, varias veces, limpia nuestro cuerpo de aire viciado que se acumula y que nunca sale cuando respiramos superficialmente, y nos deja una sensación de frescor interna que es realmente agradable.

El hecho de hacer todo esto manteniendo la concentración puesta en el proceso de respirar provoca que la mente esté ocupada en el momento presente, en la inspiración y la expiración, consiguiendo, aunque sea por breves momentos, la paz mental necesaria para entrar en estados de conciencia expandida.

Así, respirar y centrarnos en esa respiración, sea con la técnica que sea, ayuda a controlar los procesos del cuerpo, a calmar la mente, a potenciar la concentración y a focalizar la mente, y, por supuesto, ayuda a relajarnos.

Cuando se estimula este nervio, se producen los efectos de relajación y tranquilidad mental de forma más eficaz y profunda, lo cual representa una base para poder luego seguir con la meditación con el formato o propósito que nos hayamos marcado.

Técnicas de respiración y estimulación del nervio vago

El siguiente ejercicio usa la respiración abdominal o diafragmática; cuando se realiza este tipo de respiración profundamente se lleva aire a la parte más baja de la caja torácica. La respiración se ha de hacer de forma lenta y profunda, con lo que se efectúa un adecuado uso del diafragma.

Procedimiento:
  • Inspirar por la nariz tranquilamente contando mentalmente hasta 4,
  • Mantener el aire en los pulmones contando hasta 6,
  • Expulsarlo de nuevo contando hasta 4, pero al expulsarlo, lo haremos como si estuviéramos echando vaho a unas gafas para limpiarlas, es decir, contrayendo ligeramente los labios, de forma que, al exhalar, se estimule el nervio vago.
Tanto la inspiración como la espiración deben ser lentas y profundas.

Se puede hacer el tiempo que se desee, el mínimo ideal serían unos 7 u 8 minutos. En lo posible hacerlo todos los días.

En una situación estresante, por ejemplo, antes de un examen o entrevista laboral los resultados pueden ser sorprendentes.

Esta sencilla práctica, realizada con regularidad, no solo nos instaura de forma natural la respiración abdominal, sino que consigue estimular el nervio vago, permitiéndonos disfrutar y recoger los beneficios de la relajación mental y del proceso de meditación que hagamos a continuación.

Existen otras maneras que ayudan a estimular el nervio:
  • Aguantar la respiración.
  • Ponernos un paño húmedo y fresco en la cara.
  • Presionarnos vigorosamente sobre los ojos.
  • Beber un vaso de agua fría deprisa.
  • Tumbarnos con la cabeza hacia abajo.
  • Contraer el abdomen.
  • Inspirar profundamente hinchando el vientre para oxigenar la sangre.
  • La relajación y la meditación.
Los resultados de esta estimulación pueden ser asombrosos si lo practicamos cuando nos sentimos estresados o en un momento de agobio.

Además, la estimulación a largo plazo del nervio vago consigue reparar algunos órganos, disminuye la presión arterial, mejorando el ritmo cardíaco, aumenta el volumen del cerebro, mejora la función inmune, arregla el sistema nervioso, reduce la ansiedad, el estrés y la depresión.

Beneficios de la activación del nervio vago

En general, la estimulación a largo plazo del nervio vago ayuda a regenerar algunos órganos, reduce la presión arterial, aumenta el espesor del cerebro, mejora la función inmunológica, armoniza el sistema nervioso, reduce la ansiedad, el estrés y la depresión, además de mejorar la frecuencia cardíaca.

Mediante la activación del nervio vago, se pueden controlar tus células inmunes e incluso prevenir la enfermedad y el envejecimiento.

La inflamación es uno de los factores centrales de la enfermedad y el envejecimiento. Mediante la creación de estados cerebrales positivos se puede activar el nervio vago y controlar la inflamación.
  • Ayudará a regenerar los órganos y células mediante la activación de las células madre.
  • Aumenta la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
  • Aumenta el espesor del cerebro (que normalmente se encoge con la edad).
  • Aumenta la función inmunológica.
  • Modula el Sistema Nervioso.
  • Reduce la depresión y el estrés.
  • Mejora el rendimiento.
  • Mejora la calidad de vida.