El libro que desvela la ciencia del buen envejecimiento

El sueño de la eterna juventud es una antigua aspiración del ser humano.

Pero hoy, casi como nunca, es un deseo justificado porque nos vamos a pasar muchos años siendo ancianos: la esperanza de vida en España supera los 80 años (las mujeres viven hasta los 85,9), pero no es lo mismo sumar años a la vida que vida a los años.

La mayoría de las personas coincidimos en querer vivir muchos años, pero bien.

Este escenario justifica la conveniencia del libro “Joven a los 100, todas las claves para vivir más y mejor” (Ed. La Esfera de los Libros), del Dr. Ángel Durántez, un pionero de la medicina preventiva para el envejecimiento en España, paradigma sanitario del siglo XXI aplicado a los mayores de 35-40 años.

"Este libro sienta las bases en las que se fundamenta esta medicina y por qué. No pretende ser un tratado exhaustivo de suplementos nutricionales, de prescripción de ejercicio, terapia hormonal ni de técnicas de relajación o de la función cognitiva. Lo que pretende es hacer un barrido de las claves de lo que hay que hacer para vivir más o mejor", explica el autor.

A través de 14 capítulos -"muy pensados"-, el texto ofrece una visión transversal de los pilares del envejecimiento saludable.

¿Vivir más o vivir mejor?

Arranca presentando el momento actual, de aumento de la longevidad -pero no de la vida en salud- y del envejecimiento como principal causa de las enfermedades crónicas no transmisibles que llevan a la dependencia, fragilidad y muerte en los países desarrollados.

"Se trata de alargar la vida en salud, de comprimir la enfermedad y dependencia a los últimos años, meses y, si es posible, días de nuestras vidas, de vivir en salud y funcionalidad hasta el final, y de, ¿por qué no?, morir jóvenes a una edad avanzada", un campo en el que ya trabajan muchos investigadores.

Medicina de anticipación

Como consecuencia de esto surge un paradigma de medicina preventiva, proactiva, para personas sanas, "no para curar sino para posponer la aparición de enfermedades que se vinculan con el envejecimiento con las herramientas y los conocimientos científicos que se conocen hoy en día y expectantes a lo que va a venir".

Durántez insiste en que el objetivo es empezar a tratar el envejecimiento antes de que envíe señales: "No nos quedamos con los brazos cruzados hasta que se diagnostique una enfermedad para empezar a trabajar sobre la misma. El concepto de fase silente de la patología es una evidencia y esperar a que dé la cara es inadecuado porque entonces llegamos tarde".

La defensa de esta actitud proactiva no impide al autor admitir que "otra cosa es el debate sobre si existen recursos para llevarlo a cabo".

¿Cuándo hay que tomar medidas para luchar contra el paso del tiempo?

Pues mucho antes de lo que está en el imaginario colectivo: "Desde el punto de vista clínico y práctico es a partir de los 35-40 años, cuando comienzan a dispararse las enfermedades crónicas de todo tipo, desde hipertensión arterial, diabetes, molestias osteoarticulares, …".

Así pues, para intervenir, lo primero que se necesita es tener información, "saber lo que vamos a medir y hacer la interpretación de los valores desde los criterios de excelencia, no desde los de referencia", subraya el especialista porque "lo normal para unos puede ser insuficiente para otros".

Así, se examinan los niveles de vitaminas, hormonas, ácidos grasos y otros biomarcadores de envejecimiento, algunos tan novedosos como la microbiota.

Estas determinaciones están fuertemente relacionadas con los pilares del envejecimiento, entre los que sobresalen el ejercicio -"la mejor polipíldora para un envejecimiento saludable"-, la nutrición -"dieta mediterránea, de bajo índice glucémico, equilibrada"-, el sueño de calidad y el control del estrés, y a los que se dedican capítulos específicos en el libro.

¿Cuándo los suplementos nutricionales?

Pero, aunque son pilares fundamentales, no son los únicos campos de actuación de la medicina preventiva del envejecimiento.

La suplementación nutricional, "si está bien prescrita y no a lo loco", tiene un importante papel.

Durántez asegura que existen muchos déficits de micronutrientes que pasan desapercibidos, pero hay que medirlos e "intentar llevarlos a niveles de excelencia, porque de la misma manera que se miden las cifras de colesterol, se pueden medir los niveles de ácidos grasos omega 3, por ejemplo".

Las necesidades de suplementar con omega 3, coenzima Q10 o vitamina B es otro de los asuntos del libro.

Luchar contra el envejecimiento también exige intervenir sobre el declive hormonal que sucede con la edad y que a su vez produce una serie de síntomas que son en sí el propio espejo del envejecimiento: disminución de la función neurocognitiva, cambios antropométricos, aumento de grasa corporal, disminución de masa muscular, de la altura, de la densidad mineral ósea, del rendimiento físico, función sexual...

“Muchos de esos síntomas revierten, al menos en parte, con una buena función hormonal”, afirma el autor.

En este ámbito de la medicina, en el que las actuaciones están orientadas hacia el futuro, es obligatorio dedicar espacio a lo que está por venir (terapia génica, medicina regenerativa, nanotecnología, robótica) y a cómo se pueden implementar programas de medicina preventiva antienvejecimiento.

Poner negro sobre blanco todas estas cuestiones, y arrojar luz sobre ellas, es lo que persigue Ángel Durántez en su libro.

Los "activos" tienen la palabra

Ahora bien, una cosa es lo que dice el profesional y otra la experiencia de los pacientes.

Por esto, el texto incorpora los testimonios libres de 15 personas en los que el argumento más repetido es que las actuaciones preventivas les permiten mantener (cuando no mejorar) su funcionalidad y vitalidad.

“Joven a los 100. Todas las claves para vivir más y mejor” es un libro claro y riguroso para aquellos a los que les preocupa envejecer con calidad, una aspiración que, a fin de cuentas, está muy próxima a la 'eterna juventud'.

Tuneado del artículo publicado en El Confidencial

Autor: Ángeles Gómez