El autocuidado

El autocuidado es una filosofía de vida, una relación con nuestro ser que conlleva responsabilidad íntima ligada a la cotidianidad, cada uno de los actos que generamos se fundan en nuestras experiencias, sostenidas en nuestras redes familiares y sociales, así es el resultado de nuestra práctica social e histórica.

Al tener como objetivo el sustento de la vida, las acciones que constituyen nuestro propio cuidado deben ser realizadas de manera individual y con carácter habitual, es decir, sin planificación.

Individuo con habilidades para el autocuidado

Para el desarrollo del autocuidado, la persona:

  • Cuenta con autoestima y empoderamiento sobre su salud, lo que favorece el control personal. Al potenciar la autoestima se impulsan acciones deliberadas de autoafirmación, autovaloración, autorreconocimiento y autoexpresión de aspectos que nos llevan al bienestar.
  • Se involucra en la dialéctica salud-enfermedad, articulando sentidos y significados para construir una visión esclarecedora del proceso salud-enfermedad. Por lo que identifica las conductas que lo llevan a la salud.
  • Explora sobre las conductas y el conocimiento, realiza acciones que armonicen con el conocimiento que se va adquiriendo, es decir, tiene una coherencia entre el saber y el hacer.
  • Analiza su situación personal. El autocuidado es contextual, pues la persona lleva a cabo las acciones en su situación (género, etnia, geografía), analizando y actuando en su momento histórico, por lo que las acciones de autocuidado son individuales, y así deben de potencializarse desde la situación de cada uno de nosotros.
  • Participa en procesos en pro de la salud, es activo en el marco de grupos de iguales que le ayudan construyendo, difundiendo y conociendo acciones positivas en pro de la salud.

Teoría del autocuidado

Por su parte, Dorothy Orem, enfermera estadounidense y autora de la Teoría del déficit de autocuidado, conocida también como Modelo Orem, indica que el autocuidado es una capacidad que conlleva habilidades para desempeñar acciones deliberadas: habilidad de atenderse en situaciones específicas, comprender características y significados, percibir la necesidad de cambiar o regular el comportamiento, y lograr la destreza para lograr un cambio.

Dorotea E Orem definió los siguientes conceptos meta paradigmáticos:

Persona

Concibe al ser humano como un organismo biológico, racional y pensante.

Como un todo integral dinámico con capacidad para conocerse, utilizar las ideas, las palabras y los símbolos para pensar, comunicar y guiar sus esfuerzos, capacidad de reflexionar sobre su propia experiencia y hechos colaterales a fin de llevar a cabo acciones de autocuidado dependiente.

Salud

La salud es un estado que para la persona significa cosas diferentes en sus distintos componentes.

Significa integridad física, estructural y funcional; ausencia de defecto que implique deterioro de la persona; desarrollo progresivo e integrado del ser humano como una unidad individual, acercándose a niveles de integración cada vez más altos.

Por tanto, lo considera como la percepción del bienestar que tiene una persona.

Enfermería

Servicio humano, que se presta cuando la persona no puede cuidarse por sí misma para mantener la salud, la vida y el bienestar, por tanto, es proporcionar a las personas y/o grupos asistencia directa en su autocuidado, según sus requerimientos, debido a las incapacidades que vienen dadas por sus situaciones personales.

Entorno

Aunque no define explícitamente entorno como tal, lo reconoce como el conjunto de factores externos que influyen sobre la decisión de la persona de emprender los autocuidados o sobre su capacidad de ejercerlo.

Por nuestra parte, coincidimos con las definiciones elaboradas por Dorothea E Orem ya que la persona debe ser considerada holísticamente desde el punto de vista biológico, psicológico y social.

Déficit de autocuidado

La teoría general del déficit de autocuidado es una relación entre la demanda de autocuidado terapéutico y la acción de autocuidado de las condiciones de salud en las que las aptitudes a desarrollar por el paciente potencial no son operativas o adecuadas para conocer e identificar algunos o todos los componentes de la demanda de autocuidado terapéutico existente o previsto.

Los seres humanos tienen gran capacidad de adaptarse a los cambios que se producen en sí mismo o en su entorno.

Pero pueden darse una situación en que la demanda total que se le hace a un individuo exceda su capacidad para responder adecuadamente.

En esta situación, la persona puede requerir ayuda que puede proceder de fuentes externas, incluyendo las intervenciones de familiares, amigos y profesionales de enfermería.

Dorothea E Orem usa la palabra agente de autocuidado para referirse a la persona que realmente proporciona los cuidados o realiza alguna acción específica.

Cuando los individuos realizan su propio cuidado se les considera agentes de autocuidado.

Agencia de autocuidado

La agencia de autocuidado es la capacidad de los individuos para participar en su propio cuidado.

Los individuos que saben satisfacer sus propias necesidades de salud tienen una agencia de autocuidado desarrollada capaz de satisfacer sus necesidades de autocuidado.

En otros casos, la agencia de autocuidado está aún desarrollándose, como en el caso particular de los niños.

Otros individuos pueden tener una agencia de autocuidado desarrollada que no funciona. Por ejemplo, cuando el temor y la ansiedad impiden la búsqueda de ayuda, aunque la persona sepa que la necesita.

Y es que ante la adversidad o en la enfermedad, podemos dejar o no llevar a cabo las acciones de auto-beneficio, descuidando el régimen dietético, la medicación, el control de peso y los cuidados personales.

En ocasiones, se niega la enfermedad

Y esto muchas veces porque negamos la enfermedad, atenuando su gravedad.

Por ejemplo: ante un diagnóstico podemos ejercer conductas agresivas, rechazando el tratamiento o bien caer en un estado de depresión, teniendo un papel pasivo ante la demanda de cuidado en la enfermedad, todo esto llevándonos a complicaciones, que en la mayoría de los casos son prevenibles.

Así el modo de afrontamiento y el desarrollo de habilidades para el autocuidado, es uno de los retos más grandes que tiene el estamento médico como profesionales de la salud.

El experto sanitario debe fortalecer la capacidad de afrontar los problemas o limitaciones que percibe el paciente, con el objetivo de lograr un papel activo en su cuidado, empoderándolo de habilidades que le permitan actuar en pro de su bienestar.

Decálogo para vivir más, mejor y más feliz

Con ocasión de la celebración de la Semana del Autocuidado, la Sociedad Española de la Medicina de Familia y Comunitaria, publicó en su edición de 2016 el siguiente Decálogo del Autocuidado:

“Tener una buena salud también depende de nuestros esfuerzos para adoptar un estilo de vida saludable.

Tú puedes protagonizar tu salud y elegir si quieres vivir más, mejor y más feliz.

Piensa que tus valores y creencias son tus fortalezas y te permitirán realizar cualquier cambio para que sigas mejorando.

Sigue estos consejos básicos para lograrlo.

1.- La alimentación debe ser…

  • Suficiente, para mantener o conseguir un peso saludable.
  • Variada, comiendo alimentos distintos, para obtener todo tipo de nutrientes.
  • Equilibrada, incluyendo todos los días alimentos de todos los grupos.
  • Segura. Evita correr riesgos y elige solo alimentos de origen seguro, con un envasado correcto e íntegro.
  • Apetecible, cocinar bien es un arte que hay que cuidar.
  • Mediterránea. No hay duda: elige esta dieta.

2.- El consumo de alcohol debe ser…

  • Cuanto menos, mejor.
  • Cero: para embarazadas y niños.
  • Ni tocarlo si se va a conducir.

3.- Realiza actividad física

  • Elige un ejercicio físico que sea adecuado a tus condiciones.
  • Haz ejercicio de forma regular: 1 hora diaria al menos 5 días a la semana.
  • Cualquier actividad cuenta, como subir los peldaños de una escalera o caminar, ...

4.- Evita el consumo de tabaco y otras drogas

  • Deja el tabaco.
  • El consumo de tabaco es la causa evitable más común de enfermedad y muerte en nuestro país.
  • Evita los espacios contaminados por el humo del tabaco, ya que el tabaquismo pasivo es causa de diversas enfermedades.
  • Ninguna droga es saludable.

5.- Haz un uso racional de los medicamentos

  • Siempre bajo la supervisión de un sanitario cualificado.
  • Si tomas medicamentos, acompáñalos de un estilo de vida saludable.

6.- Cuida tu salud sexual

  • Evita conductas de riesgo y disfruta del sexo con salud.
  • Si has tenido alguna conducta de riesgo, consulta con tu médico y hazte un test.

7.- No abuses del sol

  • Media hora al día es suficiente para cubrir nuestras necesidades fisiológicas.
  • Protégete siempre adecuadamente, pues las radiaciones solares se acumulan a lo largo de toda la vida.

8.- Conduce de una forma responsable

  • Nada de alcohol si vas a conducir.
  • Usa el cinturón de seguridad en coches y las sillas para niños; y ponte el casco en motos y bicicletas.
  • No manipules el teléfono móvil cuando estés conduciendo.

9.- Ten una actitud positiva ante la vida

  • Tómate las cosas con calma.
  • Evita el estrés.
  • Descansa lo suficiente.
  • Busca un sentido a la vida, una pasión, un propósito, una ilusión que te impulse a levantarte cada día.

10.- Participa en tu comunidad

  • Conecta abiertamente con todo el mundo y practica la autoestima positiva.
  • Participa de la pertenencia a una comunidad, con buenas relaciones sociales.
  • Ríete, la risa tiene poder curativo.”