Como ser feliz en siete pasos

¿Estás cómodamente instalado en tu zona de confort?

¿Estás satisfecho en esa comodidad? O estás llegando a la conclusión de que la famosa “zona de confort” ya no es suficiente, sino que más bien, resulta una “incómoda comodidad”.

O quizás, sólo tienes esa hormigueante sensación de que deberías hacer algo para que conseguir sentir que tu vida sea más vida.

Si es así… ¡Enhorabuena por animarte a cuestionar las cosas y querer profundizar en el conocimiento de cómo ser feliz, o al menos querer intentarlo!

Quizá te ayude en ese noble propósito un puñado de sugerencias, científicamente probadas que me encanta compartir contigo.

1.- Primero, elige ser feliz, luego piensa en cómo ser feliz

Bonnie Ware, trabajó en cuidados paliativos acompañando a pacientes a quiénes les quedaban pocos meses de vida.

En este proceso logró concluir que, el arrepentimiento que comúnmente manifestaban esas personas, era: “Ojalá hubiese tenido el valor de vivir una vida propia, no la que otros esperaban de mi”.

La vida es una sola y demasiado corta para que esperemos ingenuamente ese momento perfecto, en el cual creemos que la felicidad bajará de algún cielo, e ingresará a nuestra vida en forma de dinero, oportunidad, persona, ...

Y que simplemente con abrazar ese instante, juntaremos la fuerza para: ¡empezar a ser feliz!

No. La felicidad es un viaje mucho más largo que ese, más profundo, y más reconfortante, por cierto.

Ser feliz es una decisión diaria ser feliz, y cómo cualquier otro hábito, requiere un compromiso cierto y constante para internalizarlo.

Entonces, ten primero la INTENCIÓN, la predisposición para salir de tu zona de confort, para dejar viejas costumbres y pensamientos atrás, y ahora mismo empieza a realizar simples modificaciones, que irán aportando esa sensación de bienestar y plenitud, que te permitirán ser más feliz.

Es decir: deja de buscar la felicidad, y comienza a vivir la felicidad.

La verdad, es que la felicidad, no es producto de hacer una cosa, sino de un cambio en el estilo de vida, y no siempre se lo consigue por arte de magia.

Puedes empezar ahora mismo realizando simples cambios como:
  • perdona
  • deja ir
  • relájate (no puedes controlarlo todo)
  • prioriza la paz y no siempre la razón (es mucho más saludable)
  • redefine tus valores
  • sonríe un poco más
  • di gracias
  • no te presiones
  • come despacio y disfruta cada bocado

2- Cambia el paradigma: el éxito no te hace ser más feliz

Esto nos afecta a todos, porque es un paradigma que está instalado profundamente en la sociedad occidental.

La presión cultural y social al respecto, nos ha llevado a creer que un título, un rol, una posición en una empresa, un cheque gigante a fin de mes, un proyecto que funciona, es lo que nos da la felicidad.

Pero: ¿qué seríamos nosotros entonces, si todo eso desaparece?

En realidad, no está mal ni la nómina, ni la posición, ni el proyecto, lo que está errado es condicionar nuestra vida, y nuestra “felicidad” a estos totems, porque son cuestiones demasiado efímeras para que funcionen como único sostén de nuestra vida.

Por eso, el camino hacia el éxito, es completamente el inverso al que creemos, e inclusive, se puede obtener mucho, pero mucho más de lo que imaginamos, si lo recorremos de esta manera.

Quién hace cosas para todos los días poder estar en paz, en plenitud y vivir momentos de felicidad, puede triunfar en el resto de los desafíos de la vida: en las relaciones, en el trabajo, en la familia, ...

Según un estudio realizado por Sonja Lyubomirsky, Ph.D., de la Universidad de California, cuando las personas se sienten felices, tienden a ser optimistas, energéticos y a tener confianza en uno mismo, lo cual conlleva a que el resto encuentre a estas personas más agradables, sociables y confiables.

Estos aspectos amplían las oportunidades para: concretar un negocio, para cumplir objetivos exitosamente, crear o desarrollar nuevas cosas, inclusive para conocer a una pareja, hacer más amigos, ...

Entonces para ser más feliz, intenta dejar esa ciega ambición, ya que el bienestar económico llegará, el coche, y el status, también llegará, si primero encuentras la pasión, la plenitud en lo que eres y haces.

3-Rodeate de gente positiva y feliz

La felicidad es como una linda enfermedad o virus que se propaga a nuestro alrededor.

Estar con gente positiva, agradecida, entusiasta, nos contagia bienestar, y nos transmiten esa energía especial, que permite que el día rodeados de ellos, sea más placentero, reconfortante, e inclusive más productivo.

Un estudio realizado por BMJ Group concluye que la felicidad de la gente, depende en gran medida, de la felicidad de las personas con quién se conecta, pudiendo ser inclusive, un fenómeno colectivo.

Por eso, es necesario saber elegir quiénes estarán a nuestro lado, ya que la influencia tanto positiva como negativa, es muy grande.

¿Acaso no resulta agotador estar cerca de personas que lo único que hacen es quejarse, o que cualquier cosa los pone tristes, o que sienten insatisfacción con su vida, transfiriendo esa frustración con actitudes poco pacientes, poco amables y egoístas?

Para estas personas nada es perfecto, ni suficientemente bueno, ni bonito, ni justo, ni prometedor, ni seguro, ...

Ya sea hacer un viaje, empezar un proyecto, iniciar una relación, organizar una fiesta, o elegir un restaurante para ir a cenar, todo se vuelve demasiado complicado y el día parece que está lleno de trabas.

Estos enfoques no nos ayudan a crecer, a avanzar, en síntesis, no aporta nada en la vida de alguien que pretende ser feliz.

Si el agua que no fluye libremente, al estancarse se corrompe, así también sucede con la energía que nos rodea.

Las personas positivas y optimistas, no niegan los problemas, ni una realidad poco placentera, sino que tienen la suficiente seguridad personal, amor propio, para saber que pueden cambiar el curso de las cosas, y transformar un momento triste, doloroso, o un fracaso, en una experiencia que nos hará más sabios, o fuertes para seguir avanzando.

4- Vive el ahora

Un estudio publicado en Scienmag, indica que las personas pasan divagando un 47% de su tiempo, lo cual implica una constante ausencia del presente, de las decisiones que tomamos, de los momentos memorables… y luego nos preguntamos ¿Ya estamos en Navidad?

Uno de los factores más relevantes para la felicidad, es estar enfocado en el hoy, abrazar el momento presente, tener conciencia de lo que nos rodea, y de cada sensación que vamos atravesando ahora, ya, en este instante.

El pasado no está, ya no cuentas con el ayer, menos aún con el futuro.

Lo que tenemos es el presente, y es lo que debemos aprender a vivir.

5- Realiza actividad física con regularidad

Realizar alguna actividad física en el día, cambia el día.

Si estabas cansado, te sentirás con más energía, si estabas preocupado, estarás menos tenso, si no te gustaba tu cuerpo, te gustará más.

Inclusive, si sufrías de insomnio, podrás relajarte y conseguir que el sueño te alcance, lo cual nos permite además tener mejor humor, estar más lúcidos y focalizados.

Hacer ejercicios también funciona de manera muy poderosa para calmar trastornos de ansiedad.

Un estudio realizado por Daniel Lenders de la Universidad Estatal de Arizona, indica que hacer ejercicio funciona mejor que la relajación, que la meditación y musicoterapia, para episodios de ansiedad.

Otro estudio comprobó que aquellas personas con trastornos depresivos, a quiénes se le había suprimido todo tipo de droga y en su reemplazo realizaban distintas rutinas de actividad física, mostraban altos índices de recuperación, y lo más importante, bajos índices de recaída, en comparación con aquellos que sólo habían seguido un tratamiento con medicamentos.

Claro, me imagino que, en un día frío, o después de una jornada agotadora, es más fácil quedarse en el sillón, “relajándonos” con un café, viendo una serie en TV o leyendo un libro, lo cual no está para nada mal, el caso es, que elijas hacer SIEMPRE eso.

Para aquellos que necesitan cambiar de una vez por todas la energía del día, y un café, una cerveza, un sillón, no devuelve nada positivo, realizar ejercicio es el mejor antídoto.

6-Practica la gratitud

No sólo dar gracias a personas, sino a la vida, al Universo, o al Dios en el que crees.

Cuanto más agradecido es uno, la vida te retribuye con más de aquello por lo que agradeces.

El acto de agradecer, es también una correlación de estar focalizado, de vivir el ahora, es un acto del presente, de estar viviendo tu vida hoy, porque está tu conciencia en cada una de las cosas que te están sucediendo, y en lo que tienes.

Hay estudios que confirman el gran impacto que tiene la gratitud en nuestro bienestar emocional.

Por parte de Journal of Happiness Studies, se examinaron los efectos de escribir cartas de agradecimiento, en un estudio que involucró 219 personas, el cual consistía en que los participantes debían escribir una carta de agradecimiento durante tres semanas.

Los resultados sugieren que la focalización consciente de todo aquello que se tiene para agradecer, genera un impacto beneficioso a nivel emocional e interpersonal, incrementando los niveles de satisfacción y disminuyendo los síntomas depresivos.

Por eso, no dejes de agradecer.

Para un momento, y anota en un papel al menos 4 cosas agradables que te sucedieron en el día. ¿Qué fue lo que salió bien a pesar de todo?

Este ejercicio te llevará a tener más consciencia de la suerte que tienes, y te ayudará a empezar el siguiente día con más energía, y con mejor predisposición para enfrentar las obligaciones diarias de la vida.

7- Acompaña y ayuda a otras personas

Muchas veces estamos tan concentrados en nuestras tareas, negocios, preocupaciones, que pareciera que las horas del día no alcanzan para nada, pero se ha demostrado que cuando dedicamos un par de horas a otras personas, la ivopercepción de nuestro tiempo parece ser mayor.

Según Cassie Mogilner, un investigador de la relación de cómo ser feliz y la administración del tiempo de Wharton School, llegó a la conclusión, a través de un estudio que: “cediendo algunas horas de nuestro día a otras personas, se genera la sensación, al final de la jornada, de que el tiempo fue mucho más abundante, inclusive mucho más que si hiciéramos algo para nosotros mismos durante nuestro tiempo libre

Ya sea apuntarse a una ONG, ser mentor de alguien, ayudar a un compañero, o ser por un momento confidente de un amigo que necesita ser escuchado, expande tu sentido del tiempo y produce una enorme satisfacción.

No obstante, más allá del tiempo o del dinero, lo importante es el efecto que generan estas actitudes en los otros.

Conclusión

No esperes las condiciones perfectas para empezar a trabajar en la felicidad.

Ese momento no existe.

La felicidad es una decisión de todos los días, y es necesario dejar de buscar la felicidad, y empezar a vivirla.

Para eso, focalízate en el ahora, en el presente.

Toma conciencia de todo lo que tienes, sientes, y vives HOY.

El mañana, no lo conocemos, el pasado ya no está, quizás tienes todo para ser feliz, y no te das cuenta.

Disfruta cada bocado de comida, cada bocanada de aire, cada mañana que puedes apreciar el sol.

Si estas triste, cansado, frustrado, ansioso, te aseguro que estar en el sillón, pensando en esas cosas que te hacen mal, no va a generar un cambio en ti. Sal a caminar, a correr, a andar en bicicleta, supera la comodidad del momento, y anímate a sentirte mejor.

Busca gente que te lleve más lejos como persona, que te desafíe, que te permita avanzar en la vida, en todos los aspectos. Sé generoso con tu tiempo, con tu espacio, con un gesto. No sabes lo que un simple acto, puede generar en el otro.

Recuerda lo que decía Mahatma Gandhi: “Felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces, está en armonía”.