Cómo funciona el sistema de recompensa del cerebro

Para sobrevivir en los distintos entornos y seguir con su proceso de evolución, el ser humano ha desarrollado mecanismos cada vez más, sofisticados, efectivos y siempre vinculados a las características cambiantes del medio ambiente.

En esta circunstancia, es el cerebro el encargado de desarrollar los mecanismos de supervivencia adecuados y su adaptación a los nuevos hábitats.

Para ello, entre otras herramientas, el cerebro cuenta con un sistema denominado sistema de recompensa, el cual responde a las gratificaciones naturales de supervivencia básica como comida, agua y sexo para mantenerse vivo.

Vamos a profundizar en su funcionamiento.

Mecanismos del sistema de recompensa del cerebro

Los sistemas de recompensa son centros en el sistema nervioso central que obedecen a estímulos específicos y naturales.

Regulados por neurotransmisores, permiten que el individuo desarrolle conductas aprendidas que responden a hechos placenteros o de desagrado.

Este sistema está compuesto por zonas mesolímbicas y mesocorticales del cerebro.

¿Cómo está formado?

A diferencia de otras actividades, como por ejemplo el habla o el pensamiento lógico, el sistema de recompensas no está centralizado en solo una zona del cerebro, sino que está compuesto principalmente por cinco áreas con una función clara:
  • Amígdala: regula emociones
  • Núcleo Accumbens: controla la liberación de dopamina
  • Área tegmental ventral de Tsai: libera dopamina
  • Cerebelo: controla las funciones musculares
  • Glándula Pituitaria: libera beta endorfinas y oxitocina, responsables del alivio del dolor, emociones como el amor y los lazos positivos, entre otras cosas.
Estos núcleos cerebrales están interconectados entre sí en un circuito llamado Circuito Reforzador Límbico-Motor que está relacionado con funciones de motivación (el Límbico) y locomotoras (el Motor).

Todas estas zonas del cerebro funcionan como un circuito bien engrasado que capta la acción y genera la sensación de placer, todo mediante un proceso veloz que toma parte en estas diferentes estructuras cerebrales.

El sistema de recompensa no sólo responde con placer o bienestar ante una acción o actitud, sino que también es responsable de favorecer el aprendizaje de ese comportamiento para luego poder repetirlo, asociándolo a una sensación agradable

El sistema de recompensa es el más importante implicado en el desarrollo de la adicción.

La estimulación excesiva de éste conlleva, en las personas predispuestas, a cambios bioquímicos permanentes que median la reacción adictiva, de modo puede cambiar su funcionamiento y su respuesta a los estímulos ambientales.

¿Cómo se crea una adicción?

Dependiente de muchos factores, y de las propias características genéticas, algunas personas tienden a ser más propensas a las adicciones que otras, como asimismo algunos humanos son más susceptibles al ataque por patógenos que las demás.

Las últimas investigaciones implican a diversos neurotransmisores, así como a vías o sistemas cerebrales, tales como el sistema de recompensa mesolímbico, como factores claves en el desarrollo de la sintomatología adictiva.

Las actividades hedonistas y las sustancias de abuso afectan el cerebro a través del acceso provisto por el sistema de recompensa.

De esta forma, las sustancias y actividades de abuso, siempre placenteras, a pesar de ser nocivas para el organismo, logran apoderarse de centros del cerebro, por medio del placer, para asegurar el hábito mantenido de las mismas.