Mecanismos del sistema de recompensa del cerebro
Los sistemas de recompensa son centros en el sistema nervioso central que obedecen a estímulos específicos y naturales.Regulados por neurotransmisores, permiten que el individuo desarrolle conductas aprendidas que responden a hechos placenteros o de desagrado. Este sistema está compuesto por zonas mesolímbicas y mesocorticales del cerebro.
¿Cómo está formado?
A diferencia de otras actividades, como por ejemplo el habla o el pensamiento lógico, el sistema de recompensas no está centralizado en solo una zona del cerebro, sino que está compuesto principalmente por cinco áreas con una función clara:- Amígdala: regula emociones
- Núcleo Accumbens: controla la liberación de dopamina
- Área tegmental ventral de Tsai: libera dopamina
- Cerebelo: controla las funciones musculares
- Glándula Pituitaria: libera beta endorfinas y oxitocina, responsables del alivio del dolor, emociones como el amor y los lazos positivos, entre otras cosas.
Todas estas zonas del cerebro funcionan como un circuito bien engrasado que capta la acción y genera la sensación de placer, todo mediante un proceso veloz que toma parte en estas diferentes estructuras cerebrales.
El sistema de recompensa no sólo responde con placer o bienestar ante una acción o actitud, sino que también es responsable de favorecer el aprendizaje de ese comportamiento para luego poder repetirlo, asociándolo a una sensación agradable
El sistema de recompensa es el más importante implicado en el desarrollo de la adicción.
La estimulación excesiva de éste conlleva, en las personas predispuestas, a cambios bioquímicos permanentes que median la reacción adictiva, de modo puede cambiar su funcionamiento y su respuesta a los estímulos ambientales.
¿Cómo se crea una adicción?
Dependiente de muchos factores, y de las propias características genéticas, algunas personas tienden a ser más propensas a las adicciones que otras, como asimismo algunos humanos son más susceptibles al ataque por patógenos que las demás.Las últimas investigaciones implican a diversos neurotransmisores, así como a vías o sistemas cerebrales, tales como el sistema de recompensa mesolímbico, como factores claves en el desarrollo de la sintomatología adictiva.
Las actividades hedonistas y las sustancias de abuso afectan el cerebro a través del acceso provisto por el sistema de recompensa.
De esta forma, las sustancias y actividades de abuso, siempre placenteras, a pesar de ser nocivas para el organismo, logran apoderarse de centros del cerebro, por medio del placer, para asegurar el hábito mantenido de las mismas.