Cinco tipos de insomnio, ¿Cuál es el tuyo?

Dormir adecuadamente es fundamental para prevenir numerosas enfermedades, tener un rendimiento adecuado, evitar problemas como la ansiedad o la depresión y conseguir bienestar físico y mental a lo largo del día.

Dormir menos de siete horas diarias -junto a malos hábitos como los ciclos irregulares de sueño, causantes de la alteración de ritmos circadianos está vinculado a un mayor riesgo de hipertensión, diabetes, fallos cardíacos o accidentes vasculares, así como disfunciones sexuales, envejecimiento de la piel, debilitamiento de los huesos o descontrol metabólico.

Quizá no estés al corriente de ello, pero existen distintos tipos de insomnioque afectan y evolucionan de forma diferente en cada persona.

Así pues, no existe un único criterio para clasificarlos, sino que se utilizan diferentes parámetros para ello.

No obstante, en líneas generales, podemos distinguir tres grupos:

Según el origen del insomnio

·           Primario:

Nos referimos a él cuando no se puede encontrar una causa clara que sea responsable de la alteración del sueño (dolor, medicamentos, problemas psiquiátricos…).

Hay un 10% de la población aproximadamente que sufre este trastorno.

·           Comórbido:

O lo que es lo mismo, cuando existe una causa clara, ya sea de tipo médica o psicológica.

En este caso, no solo debemos preocuparnos por tratarlo, sino también las causas que lo originan, los trastornos que lo acompañan o incluso sus consecuencias.

Estaríamos ante un 20% de la población española.

Según la duración del insomnio

·           Transitorio o agudo:

Es el más frecuente y generalizado en la población.

Suele estar asociado a factores estresantes desencadenantes como cambios bruscos de horario, problemas familiares, laborales o personales.

Su duración se sitúa alrededor del mes.

El sueño vuelve a normalizarse cuando la fuente de estrés desaparece.

·           A corto plazo o subagudo:

En ocasiones, está relacionado con acontecimientos vitales estresantes, tales como la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental, una enfermedad grave… Y, por lo tanto, además la persona tiene que hacer frente a otro tipo de problemas como puede ser la ansiedad, el estrés, el estado de ánimo bajo…

Más duraderos en el tiempo que en el caso anterior (oscila entre 1 y tres meses).

·           A largo plazo o crónico:

La persona que lo padece tiene dificultades para iniciar o mantener el sueño.

Esto repercute en su funcionamiento durante el día.

Estos problemas para iniciar el sueño o tener un sueño sin interrupciones durante la noche, suceden durante más de 3 veces por semanas y se prolongan durante al menos 3 meses.

Las personas afectadas no solo sufren de un sueño insuficiente o poco reparador, sino que, además, presentan dificultades durante el día en todos los ámbitos de su vida: a nivel emocional, mental y físico.

Según los síntomas del insomnio

·           Inicial o de conciliación:

Las personas que lo presentan se encuentran con dificultades para quedarse dormidas al acostarse.

Este trastorno es más frecuente en personas jóvenes.

Además, suele aparecer ligado a problemas médicos, al consumo de sustancias o a problemas psicológicos o psiquiátricos como los trastornos de ansiedad.

·           Intermedio o de mantenimiento de sueño:

Esta clase de insomnio se caracteriza por la dificultad para permanecer dormidos.

Hace que el sueño se vea interrumpido y que la persona que lo padece se despierte muchas veces o durante periodos prolongados.

·           Terminal o de final de sueño:

Se produce por la mañana y provoca madrugones indeseados. Normalmente, el último despertar tiene lugar como mínimo 2 horas antes de lo habitual sin que la persona pueda volver a conciliar el sueño.

Es el que acompaña típicamente al trastorno depresivo.

Investigación

Investigadores de un Instituto Holandés de Neurociencia han clasificado cinco tipos distintos que podrían ayudar a los médicos a personalizar tratamientos específicos en el futuro, haciéndolos más efectivos y mejor adaptados a cada individuo con problemas de sueño.

Al contrario de lo que cabría esperar, las agrupaciones no se basan en los síntomas típicos de sueño, como problemas para despertarse o dificultad para permanecer dormido.

Los nuevos tipos de insomnio revelados en la investigación -publicada en The Lancet Psychiatry están vinculados a otros factores como el estrés, emociones, rasgos de personalidad, estado de ánimo y eventos de la vida anterior.

Cinco tipos de insomnio

La clasificación contempla tipos del 1 al 5, cuya aplicación demuestra cómo diferentes personas con insomnio tenían diferentes características cognitivas, incluyendo los niveles de ansiedad y sensibilidad emocional.

El estudio también mostró que los participantes tendían a permanecer en el mismo tipo a lo largo del tiempo.

“Si bien siempre hemos considerado que el insomnio es un trastorno, en realidad representa cinco trastornos diferentes”, dice una de las investigadoras, Tessa Blanken, del Instituto Holandés de Neurociencia, recalcando que los “mecanismos cerebrales subyacentes pueden ser muy diferentes”.

La investigación recopiló datos de aproximadamente 2.224 individuos que mostraban síntomas autoinformados de insomnio.

Se les pidió que rellenaran cuestionarios sobre los rasgos de personalidad vinculados a la estructura y función del cerebro, y se compararon con un grupo de control.

¿Qué puntuaciones obtuvo cada tipo de insomnio?

Los individuos de Tipo 1 puntuaron alto en rasgos de angustia, como neuroticismo y sensación de ánimo bajo, mientras que los de los grupos Tipo 2 y Tipo 3 obtuvieron puntuaciones más bajas en este aspecto, aunque los encuestados de Tipo 2 en general fueron más positivos y se mostraron vitalmente más satisfechos que el Tipo 3.

Los individuos Tipo 4 y Tipo 5 informaron sobre niveles más bajos de angustia, pero las personas Tipo 4 tendían a experimentar insomnio de larga duración después de eventos estresantes de la vida, mientras que este aspecto no se percibía en los sujetos Tipo 5.

En las encuestas de seguimiento realizadas cinco años más tarde, los participantes del estudio estaban casi todos en el mismo grupo: un 87% repetían el mismo tipo de insomnio.

Tratamientos específicos

Según los investigadores, conocer algunos de los rasgos detrás del insomnio de una persona podría ayudar a los médicos a encontrar un tratamiento que obtenga mejores resultados.

Las personas de Tipo 2 y Tipo 4 obtuvieron notables mejoras en su sueño tras tomar benzodiazepinas.

Por su parte, los de Tipo 2 también respondieron bien a la terapia cognitivo-conductual, algo que a los de Tipo 4 no les funcionó.

Aunque el estudio tiene limitaciones como la participación voluntaria -por lo que tal vez no se represente a la población en su conjunto- o que no eran pacientes diagnosticados con insomnio, sino que informaban de síntomas de este trastorno, es un punto de partida fundamental para la mejora futura de los tratamientos de este mal del Siglo XXI.

Los investigadores concluyen que los subtipos de insomnio allanan el camino para los estudios que apuntan a prevenir la depresión, resolver inconsistencias y reducir la heterogeneidad del insomnio y revelar causas diferenciales y desarrollar un tratamiento personalizado mejor adaptado para el trastorno de insomnio.