Apreciatividad ® es la capacidad de ver y rescatar lo valioso y significativo de las personas, los sucesos y las cosas. Es la observación deliberada de lo mejor y lo preciado.
Esta definición corresponde a Apreciatividad®, concepto acuñado y desarrollado por Laura Isanta, consultora diplomada en psicología positiva y autora del libro “Apreciatividad. El arte de percibir lo valioso”.
Ser apreciativos es elegir intencionalmente enfocarse en lo mejor, en lo valioso y en los recursos existentes sin ponerse para ello un par de anteojos rosados que nieguen los defectos y debilidades.
Es la habilidad de ver el todo y seleccionar deliberadamente lo mejor y lo preciado. Es construir el futuro con el potencial del presente.
El enfoque apreciativo incluye una negatividad saludable y reduce la negatividad desalentadora.
Una apreciatividad sincera es aquella que incluye una negatividad saludable y excluye la negatividad desalentadora.
Ni apreciativos full-time, ni pasotas impermeables.
La buena noticia es que todos contamos con algún grado de habilidades apreciativas.
El problema de la vida diletante
Pero la mala noticia es que estas habilidades pueden estar aletargadas o poco desarrolladas, porque nuestro cerebro es un experto buscador de amenazas y la mayoría de nosotros hemos sido educados para verlas.
Con motivación, determinación, disciplina y herramientas concretas es posible aumentar nuestros niveles de apreciatividad.
La apreciatividad es un músculo que se ejercita y con prácticas todos podemos aumentarla y desarrollarla.
Ámbitos de aplicación de la Apreciatividad
Isanta ha desarrollado este concepto orientado tanto a los individuos en sí mismos como a las personas insertas en una organización, y en ambos casos es fácil observar que afecta a tres esferas de actuación:
- Ámbito interior: Cuando somos apreciativos con nosotros mismos, elevamos nuestra autoestima y autoeficacia.
- Ámbito relacional: Cuando somos apreciativos con otros mejoramos la calidad de nuestras relaciones.
- Ámbito exterior: Y cuando podemos apreciar lo mejor del mundo y las circunstancias, ampliamos nuestro marco de oportunidades y posibilidades.
Apreciatividad: El Arte De Percibir Lo Valioso
La Apreciatividad es un “músculo” que se ejercita
Un discípulo se mostraba ansioso de recibir las más altas enseñanzas, por eso no dudó en preguntar a su maestro:
―Por favor, señor, ¿qué es la belleza?
―La belleza está en las personas y en la vida de cada día ―respondió el maestro.
Decepcionado, el discípulo protestó:
―Pero en las personas que me rodean y en la vida de cada día solo encuentro rutina y vulgaridad, yo no veo la belleza por ningún lado.
El maestro dijo:
―Esa es la diferencia. Unos la ven y otros no la ven.
En su libro, la autora parte del significado etimológico de apreciar.
El término apreciar viene del verbo latino appretiāre, y significa “reconocer y estimar el mérito de alguien o de algo”, como también “sentir afecto o estima hacia alguien”.
Este rápido paseo por el significado de la palabra “apreciar” nos muestra que cuando estamos apreciando algo llevamos a cabo una serie de actividades, de movimientos internos en nuestro ser: reconocemos, estimamos, sentimos afecto, ponemos precio, valoramos.
Empieza por ser una cuestión de atención
El principal problema que tenemos las personas es que no solemos hacer un alto para reconocer, descubrir y apreciar las cosas, los sucesos y personas que nos rodean, incluidos nosotros mismos.
Podemos verlo más de cerca, tan de cerca como nuestra propia vista.
Seguramente quien ahora esté leyendo, difícilmente tenga conciencia del valor intrínseco de poder ver o incluso piense cuán feliz le hace esta capacidad de visualizar.
Y es así porque es tan normal que veamos que no solemos reconocerla; excepto si nos faltara.
Entonces, pensaríamos en la gran suerte de poder ver y cómo no la apreciábamos en su justa medida cuando disponíamos de ella.
La capacidad de apreciar es una cualidad inherente al ser humano y todos tenemos una cierta disposición a ejercitarla en mayor o menor medida.
¿Qué es lo contrario de apreciar y valorar?
Si buscamos en el diccionario de antónimos nos encontraremos con palabras como desprecio, desagradecimiento o desvalorización.
Actitudes que, por suerte para nuestra humanidad, no son las que más abundan en la mayoría de los seres humanos.
Entonces, si las actitudes de desprecio y desvalorización no son las que más abundan, ¿por qué preocuparme por la apreciatividad?
Porque lo que sí abunda es la indiferencia
No tengo una actitud despectiva y de desprecio hacia mi ducha caliente, no manifiesto desprecio hacia mis padres, no desvalorizo a mis amigos, no soy una desagradecida de la vida.
Pero esto no significa que los aprecie y los valore.
Del mismo modo que la ausencia de malestar no es garantía de felicidad, la ausencia de desprecio, desvalorización o desagradecimiento no indican aprecio y valoración.
Necesitamos desarrollar nuestra apreciatividad no para combatir el desprecio y la desvalorización, sino para contrarrestar nuestra actitud indiferente.
No solo para apreciar lo extraordinario de las personas, sucesos o cosas, sino, principalmente, para valorar lo corriente y lo cotidiano.
Conectar con la realidad
Solemos ser indiferentes a momentos, cosas y personas por encontrarnos desconectados de la realidad, por nuestra búsqueda de la perfección, por los altos estándares con que medimos las cosas y a las personas, por estar más en el pasado o el futuro que en el presente.
Por pensar más en cómo las cosas deberían ser en vez de tomarlas y disfrutarlas tal cual se nos presentan.
Lo que logramos al aumentar nuestra apreciatividad es apasionarnos por encontrar lo mejor.
Desafiando, de este modo, la indiferencia, la insensibilidad, el desinterés, la apatía y la tibieza.
Al desarrollar nuestras habilidades apreciativas descubrimos mayor cantidad de fuentes inestimables de aprecio en la cotidianeidad.
Lo cotidiano es como un profundo océano del cual nosotros no vemos el agua por estar inmersos en ella.
Ventajas de la Apreciatividad para las organizaciones
En la medida en que el individuo manifiesta un comportamiento específico en el marco de las organizaciones, el desarrollo de la apreciatividad como cualidad en este ámbito comporta una serie de ventajas claramente identificables:
- Mejora la calidad de las relaciones laborales
- Promueve los estados emocionales positivos como el optimismo y la inspiración
- Aumenta la autoeficacia de los líderes
- Alimenta la motivación y el protagonismo
- Incrementa el bienestar personal y laboral de las personas
- Disuelve los obstáculos que impiden el fluir de las comunicaciones y los procesos
- Facilita la confianza y la cooperación en los equipos de trabajo
- Reduce la negatividad y aumenta la positividad