9 señales de que estás demasiado estresado y no lo sabes

El estrés puede ser la razón subyacente de muchas de nuestras dolencias.

Reduce el sistema inmunológico, causando que nos enfermemos y tengamos dolor en el cuerpo.

WebMD explica el estrés como: “… cualquier cambio en el entorno que requiera que su cuerpo reaccione y se ajuste como respuesta. El cuerpo reacciona a estos cambios con respuestas físicas, mentales y emocionales. El estrés es una parte normal de la vida. Muchos eventos que te suceden a ti y a tu alrededor -y muchas cosas que haces tú mismo- añaden estrés en tu cuerpo. Puedes experimentar buenas o malas formas de estrés de tu entorno, tu cuerpo y tus pensamientos”.

Cuando estamos demasiado estresados, es posible que ni siquiera sintamos el estrés, ya que se oculta bajo varios síntomas.

A continuación, encontrarás 9 señales de que estás demasiado estresado y ni siquiera lo sabes.

1. Tu cuerpo es una caja de dolores

No escuchamos los susurros del cuerpo hasta que el dolor empieza a gritar.

Bajo niveles altos de estrés, tu cuerpo comenzará a descomponerse.

Puedes experimentar problemas estomacales, diarrea, úlceras, músculos tensos, dolores de pecho y palpitaciones. Sentirás molestias de todo tipo, aparecerá la artritis y hasta los dolores de cabeza gritarán para llamar tu atención.

Siempre que sientas dolor en tu cuerpo, debes procurar ser consciente de ello.

No ignores los síntomas. Analiza lo que está pasando.

No es sólo el control del estrés lo que te ayudará a sanar. La aceptación y la conciencia de que el cambio es necesario es el primer paso para lidiar con el manejo del estrés.

2. No estás durmiendo bien

Cualquier fluctuación en los patrones de sueño, ya sea durmiendo demasiado por agotamiento o demasiado poco por insomnio, necesita ser tratada.

La meditación, el ejercicio y una dieta saludable ayudan con los problemas del sueño.

Pero, en última instancia, es necesario encontrar la raíz del problema.

¿Te preocupas demasiado por la noche? Cuando duermes, ¿tienes pesadillas?

Nuestros eventos diarios se juegan en el subconsciente.

El sueño, o la falta de sueño, se ve afectado.

El estrés impide un estado pacífico de ánimo.

Los patrones de sueño cambian con la edad y los factores ambientales, sin embargo, cuando estás demasiado estresado, el sueño es una de las primeras cosas que se ven afectadas. Atento al primer síntoma.

3. Tu peso fluctúa desordenadamente

¿Estás comiendo demasiado o se le olvida comer?

El estrés ralentizará tu metabolismo y tu peso aumentará.

El cambio en el apetito es un radar de nuestro cuerpo emocional y físico y una denuncia de cómo estamos siendo afectados.

Si estás preocupado y no estás identificando los problemas, puede que, sin darte cuenta, comiences a perder peso paultinamente.

Cuando estamos sobreestresados, las células no reciben suficiente oxígeno.

La comida es energía y lo que suministramos a nuestro cuerpo es una señal inequívoca de cómo manejamos las cosas.

¿Estás comiendo demasiados dulces? ¿No comes lo suficiente?

El cuerpo es un vehículo, y nuestra capacidad mental para tratar los problemas emocionales va a influir directamente en la confortabilidad de nuestro viaje.

4. Tus problemas o tu trabajo te obsesionan

Si no puede dejar el trabajo, las finanzas y otros problemas durante un tiempo para encontrar el equilibrio, el estrés tendrá el control de tu vida.

Mark Twain dijo: “Preocuparse es como pagar una deuda que no se debe”.

No se puede encontrar una solución hasta que no tome distancia del problema.

El exceso de preocupación puede escalar y causar problemas psicológicos y físicos.

Si estás constantemente mirando el teléfono, si llegan nuevos mensajes o correos electrónicos, … desde el trabajo, es hora de enfrentarse a lo que realmente es importante en tu vida.

El estrés te está asfixiando.

5. No puedes permanecer quieto un segundo

Evitar estar quieto es una gran forma de sentirse estresado.

Si no puedes salir a caminar, permanece un momento en actitud contemplativa, hacer ejercicios de estiramiento suave o simplemente estar con tus propios pensamientos, existe la posibilidad de que estés demasiado estresado.

Si la ansiedad es constante y no puedes relajarse ni siquiera para leer un libro, es hora de tratar lo que te está motivando estar en perpetuo movimiento.

En ocasiones, la mente es nuestro peor enemigo.

Es hora de que consigas ayuda para identificar e intentar controlar tu ansiedad y tus miedos.

El estrés, en un número importante de ocasiones, puede estar provocado por un desequilibrio en nuestro estado emocional.

Los estímulos que evitamos nos empujan cada vez más, en una espiral descendente, hasta que las sentimos en zonas concretas de nuestro cuerpo.

6. Tienes poca paciencia con los demás

Uno de los primeros síntomas de estar demasiado estresado es la incapacidad de tener paciencia o tolerancia con los que nos rodean.

Nuestros seres queridos sufren nuestra ira a consecuencia de que, consciente o inconscientemente, nos encontramos sometidos a una tremenda tensión.

Si te enfadas rápidamente, lo más probable es que estés siendo atormentado por un estrés negativo y excesivo en algún área de tu vida.

No es fácil cargar el mundo sobre los hombros.

A veces necesitamos aceptar que somos vulnerables y pedir ayuda.

La falta de paciencia para con los demás, incluso para contigo mismo, es una señal inequívoca de que necesitas poner una pausa en tu vida.

7. Los cambios de humor toman el control

Nuestra salud mental se ve afectada cuando los niveles de estrés se incrementan.

Si te encuentras feliz un momento, y luego inmediatamente lloras o te enfureces, tus hormonas pueden estar siendo afectadas por un estrés excesivo.

Guardarse las cosas para uno mismo y en soledad, no es una costumbre saludable.

Consigue ayuda. Búscate buenos interlocutores.

Tómate el tiempo para averiguar qué es lo que realmente te está causando que te comportes de esta manera.

El estrés no sólo puede lesionar tu cuerpo, sino que también compromete y puede influir negativamente en tus relaciones.

El estrés puede aumentar los trastornos de ansiedad, los trastornos obsesivos compulsivos y las adicciones (al alcohol, las drogas, el sexo o los alimentos) y otros problemas de salud mental.

8. Se te cae el pelo

Según Carolyn Jacob, fundadora y directora médica del Chicago Cosmetic Surgery and Dermatology: “Típicamente, la gente pierde alrededor de 100 cabellos al día. La mayoría de la gente ni siquiera se da cuenta. A veces, un estrés significativo puede provocar un cambio en las funciones fisiológicas rutinarias de su cuerpo, y provoca que un número desproporcionado de folículos pilosos entren en la fase de reposo al mismo tiempo. Luego, tres o cuatro meses después, a veces más tiempo, todos esos pelos en reposo se desprenden y caen. El efecto puede ser alarmante. Los tipos de eventos que interrumpen el ciclo capilar normal pueden ser derivados de las tensiones fisiológicas subyacentes en tu cuerpo”.

Así que, si estás experimentando un cambio significativo en la pérdida de cabello, es hora de que eches un vistazo a lo que está causando emocionalmente estos cambios físicos.

9. Pérdidas de libido

La pérdida de la libido es uno de los temas que la mayoría de las personas no abordan cuando están sometidas a un estrés negativo.

Ni siquiera lo reconocerán para sí mismos o para sus parejas.

Cada vez que los niveles de estrés aumentan, las secreciones de la hormona del estrés responsables de la respuesta sexual se ven afectadas.

El estrés causa agotamiento y la incapacidad de experimentar cualquier tipo de intimidad.

Si estás experimentando una disminución o pérdida en tu libido, puede ser el momento de probar el control del estrés y otras técnicas de relajación.

En última instancia, tu pareja no debería verse afectada por problemas externos que no son parte de tu relación amorosa.

Expresa tu miedo y tus preocupaciones. Una vez que lo exteriorices, ya no tendrán poder sobre ti.

La vida a veces puede ser desafiante

El estrés es un asesino silencioso.

Constantemente estamos poniendo enormes exigencias en los cuerpos emocional, físico y espiritual. Depende de nosotros ser realistas sobre lo que es importante.

Un poco de malestar hoy puede llevarnos al hospital mañana.

Escuchemos los cambios que suceden en nuestros cuerpos para poder abordarlos desde el principio.