Una de las aportaciones de la Psicología ha sido comprender cuáles son los sesgos de la percepción y del pensamiento que nos llevan a comportarnos tal y como lo hacemos.
La idea es que comprendiendo las “gafas mentales” que condicionan nuestra manera de percibir e interpretar el mundo, seremos capaces de comprender mejor la mente humana.
Esa es la razón por la que, durante décadas, los psicólogos han estudiado una serie de efectos psicológicos; fenómenos capaces de ser estudiados en condiciones de laboratorio y en los que se reflejan sesgos y patrones de percepción curiosos que se dan en casi todas las personas.
Los principales fenómenos
Veamos algunos fenómenos cognitivos y de la percepción que muestran que, debajo del aparente orden que hay en la mente humana, se esconden mecanismos extraños y que en determinados momentos pueden comportarse de manera contraintuitiva.
1. Efecto Lake Wobegon
Este es uno de los sesgos cognitivos que tienen que ver con las valoraciones que realizamos acerca de nosotros mismos; es decir, que se relaciona con nuestro autoconcepto y con nuestra autoestima.
En concreto, es una tendencia a creer que somos personas más hábiles o virtuosas que la media y que, a la vez, si damos alguna muestra de debilidad o imperfección, esta es debida a circunstancias externas a nosotros mismos, que no nos han dejado comportarnos o ser del modo que realmente nos define.
2. Efecto Dunning-Kruger
Este es uno de los efectos psicológicos más consistentes y robustos de entre los que se han hallado en las diferentes investigaciones sobre el comportamiento humano, ya que aparece una y otra vez en la mayoría de los experimentos que se realizan sobre este tema.
Consiste en la tendencia a sobrevalorarnos nuestras habilidades y nivel de competencias en aquello en la que no somos buenos, y en la tendencia de infravalorarnos un poco en aquello en lo que realmente somos buenos.
¿Por qué ocurre este fenómeno?
Tal como señalan Dunning y Kruger, esta percepción irreal se debe a que las habilidades y competencias necesarias para hacer algo bien son, precisamente, las habilidades requeridas para poder estimar acertadamente el propio desempeño en la tarea.
3. Efecto Stroop
El efecto Stroop tiene que ver con un proceso de interferencia entre los sentidos, en el que el componente textual de un concepto se mezcla con una sensación.
Aparece cuando, en determinadas condiciones, leemos en voz alta y rápidamente el nombre de un color, cuya palabra está escrita en un color diferente: en estos casos, es muy probable que en vez de leer aquello que dice el texto, mencionemos el nombre del color al que hemos sido expuestos sensorialmente, y no textualmente.
4. Efecto de fiesta de cóctel
La gestión de la atención ha sido durante décadas uno de los temas en los que la Psicología ha puesto más interés, y el efecto de fiesta de cóctel nos da una idea del porqué, dado que es muy curioso y a la vez común.
Se trata del fenómeno psicológico que ocurre cuando, de manera automática e involuntaria, nuestra mente selecciona un sonido que está mezclado con el ruido de fondo (o ruido ambiental) y que es relevante para nosotros.
Por ejemplo, si estamos en una fiesta llena de gente y entre el ruido de personas hablando escuchamos nuestro nombre, de manera espontánea seremos capaz de "aislar" esa palabra del resto y reaccionar ante ella, probablemente girándonos en esa dirección.
Así pues, el efecto de fiesta de cóctel se produce entre la frontera entre lo consciente y lo inconsciente, ya que tiene lugar antes de que decidamos dirigir nuestra atención a una conversación en concreto, y nos "entrega" un sonido que ha sido seleccionado por algún proceso mental ajeno a nuestra voluntad.
5. Efecto McCollough
El efecto McCollough es un fenómeno de la percepción perteneciente al mundo de las ilusiones ópticas basadas en postimágenes, lo cual significa que nos muestran el modo en el que las células de la retina se adaptan a estímulos visuales previos y afectan al modo en el que vemos cosas a las que nos exponemos justo después.
Para que se produzca, en primer lugar, fijamos nuestra mirada en una serie de líneas paralelas de color rojo y verde, y luego somos expuestos a un patrón similar de líneas paralelas, pero esta vez sin color, de negro sobre blanco. Esto hará que percibamos este estímulo mezclado con el anterior, haciendo que ambos se afecten entre sí, creando una ilusión óptica.
6. Efecto Kappa
El efecto Kappa es el fenómeno relacionado con la percepción del tiempo, por el cual, si pasa el suficiente tiempo entre que nos exponemos a un estímulo y nos exponemos al siguiente, tendemos a creer que este lapso es más largo de lo normal, mientras que, si este periodo es lo suficientemente corto, ocurre lo contrario: tenemos la sensación de que ha pasado menos tiempo del que realmente ha pasado entre uno y otro estímulo.
Es decir, que este efecto psicológico nos muestra la existencia de umbrales que afectan a nuestra percepción del tiempo.
7. Efecto Ben Franklin
El efecto Ben Franklin revela un proceso mental relacionado con la disonancia cognitiva: si le hacemos un favor a una persona, en periodos sucesivos somos más propensos a volver a hacerle un favor que si hubiésemos recibido un favor de esa misma persona.
Se cree que esto ocurre como una manera de justificar y reforzar lo razonable de nuestra acción pasada: asumimos que es natural realizar pequeños sacrificios por esa persona independientemente de si son o no recompensados.
8. Efecto Forer
El efecto Forer consiste en la tendencia a sentirnos identificados con descripciones deliberadamente abstractas de una persona en concreto, incluso cuando objetivamente no hay nada en ellas que indique el grado de concreción necesario para saber de quién se está hablando.
Se cree que el éxito del tarot y de la adivinación se basa en esta distorsión de la mente, que puede darse en prácticamente cualquier persona dadas las condiciones adecuadas
Tuneado del artículo publicado en www.psicologíaymente.com
Autor: Arturo Torres