Están allí en actitud de esperar, nadie sabe exactamente el qué.
Todo el mundo está esperando con la ilusión de que algo va a suceder.
Día tras día. Hoy no ha sucedido, mañana va a suceder.
Esperando a Godot, al lado de un árbol, en conversaciones triviales, absurdas, sin ningún fundamento, sólo dejando que pase el tiempo, sin hacer nada.
¿Quién es Godot? Nadie sabe quién es, pero ellos siguen ahí, esperándole.
(De la obra teatral “Esperando a Godot” escrita por Samuel Beckett)
¿Podría ser que nos pasase con nuestra felicidad lo mismo que con Godot?
¿A qué esperamos?
Progresar, avanzar significa felicidad, y sólo unos pocos se atreven a cometer el acto de valentía de ser parte del progreso.
No basta con vivir permaneciendo en el patio de butacas, esperando a Godot, haciendo objeciones a todo, enjuiciando a los necios, y creer que fuiste un plan mal intencionado.
¿Has pensado, qué es para ti la felicidad?
Cada uno tiene su propio concepto de felicidad y si escuchamos las respuestas, la gran mayoría, radica en obtener más (un coche nuevo, otro trabajo, viajes, más amor, más guapo, más alto, más dinero).
¿Pero qué ocurre cuando ya tienes ese más? ¿Significa qué ya eres feliz?
Según la filosofía budista, la felicidad es el trayecto, el proceso de alcanzar la meta; cuando llegas a ella se desvanece y volvemos a comenzar.
Pero existen personas que tienen adquiridos en su mente, desde la infancia, la actitud de ver problemas en cualquier situación, a poner obstáculos, y como se suele decir, a ver siempre el lado oscuro de la vida.
Con la sumisión adquirida de ser infelices desde que nacen.
¿Existe un camino hacia la felicidad?
Hoy nos detendremos en observar las piedras del camino, hoy vamos a analizar aquello que te impide ser feliz
1.- No saber degustar los pequeños momentos cotidianos
Saborear un buen café en la mañana, el algodón de las sábanas de tu cama, no sentir el aire fresco y suave cuando entra por la ventana, una buena tertulia en compañía, un paseo por la avenida, escuchar el sonido de los pájaros, las olas del mar, su olor a sal, sentir en el paladar, la textura del alimento que tanto nos gusta, llenarte con la sonrisa y mirada de aquel que te da los buenos días, y comentó contigo el tiempo.
2.- No ser tú mismo, tu propia paz mental
Conseguir estar en paz contigo mismo, crear momentos de silencio y meditación, poder observarte desde fuera hacia dentro, escuchar tu voz, la voz de tu interior.
3.- Negarte a dar el paso hacia tus sueños
Salir de la zona de confort, acomodarte en lo que ahora tienes, aunque no te llene, aunque te disguste. No dar el primer paso hacia la salida. La vida y las situaciones te controlan a ti, y no tu a ellas.
4.- No tener un motivo poderoso
Una ilusión por vivir, la fuerza que te impulse, la excusa que te lleva hacia adelante, tus verdaderos porqués, encontrar en tu vida esa motivación, que te lleve a dar el primer salto o que te mantenga con energía y ganas de seguir.
5.- 80% Psicología y 20% Trabajo
Procrastinar, dejarte llevar por las situaciones, esperar a que resuelva Godot y acierte con el secreto anhelado; no trabajar hacia tus sueños, vivir en las quejas, y no aprender de los errores, dándote por vencido.
6.- Ser avaro, mezquino
Vivir desde la escasez en todos los sentidos, ser tacaño hacia el mundo, dejar de entregar “lo más”, amar poco, ausencia de abrazos, menos caricias, ninguna empatía, cero pasión, ninguna entrega a los demás. El universo te entrega sólo lo que tú das.
7.- No ser agradecido
No abrir las manos a recibir, olvidar dar las gracias por lo que tienes, no bendecir cada instante, cada momento presente, no valorar las pequeñas cosas que nos da la vida. No pararse a pensar qué es lo que hoy tengo que agradecer.Es tu turno, ¿eres feliz? ¿qué te impide serlo?
Date permiso.
“Solo hay dos formas de vivir la vida: Una, es pensando que nada es un milagro, y la otra es, creer, que todo lo es” Albert Einstein
Autor: www.oliviarmas.com