6 Pasos para encontrar tu propósito de vida

Todos andamos buscando nuestro propósito de vida.

Asumimos que encontrarlo implica llevar una vida con pasión, haciendo algo que nos hace verdaderamente felices, y más importante aún, con un trasfondo más allá de nuestro beneficio propio.

La cuestión es que muchas personas no saben qué hacer con su vida, y se sienten mal por esto, olvidándose que la vida misma se trata de eso; de descubrir, probar, intentar, fallar y finalmente construir un proyecto que nunca tendrá final, y que siempre se podrá mejorar.

Tu propósito de vida no se encuentra, es algo que se construye:

Es decir, adoptar una actitud pasiva frente a descubrir lo que te apasiona no es el mejor plan para construir una vida ejemplar.

De nada sirve sentarse a pensar que estás desperdiciando tu vida, asumiendo que los demás tienen resuelto su futuro mientras que tú estás estancado en un trabajo que no disfrutas, donde la única via de escape son los fines de semana y tus vacaciones de dos semanas al año.

¿Qué debes hacer para encontrar tu propósito de vida?

Sin pretender pontificar, me gustaría compartir contigo una serie de consejos prácticos que puedas aplicar en tu día a día, de manera que no solo aprendas cómo ser feliz en la vida, sino que encuentres ese motivo que te haga saltar de la cama cada día.

Empezar por lo que no es tu propósito de vida

Aunque parezca contradictorio, la mejor manera de encontrar tu propósito es aplicando la metodología del descarte, es decir, en un principio, no necesitas saber qué hacer sino todo lo contrario, saber qué no hacer.

Es decir, identificar qué es lo que no te gusta.

Lamentablemente, una de las razones por la cual no encuentras tu propósito de vida, se debe a que la sociedad de hoy día ha hecho que las personas se preocupen por lo que hacen mal, y no por aquello en lo que tienen un especial talento.

Por ejemplo, un error que, desafortunadamente, se da con demasiada frecuencia se da cuando a un niño que se le da bien el dibujo, pero es pésimo en matemáticas lo obliguen ir a recibir refuerzo en resolución de ecuaciones y no en técnicas de dibujo, ya que nos han enseñado que “hay que potenciar aquellos aspectos que tenemos débiles».

Cómo construir tu propósito de vida

De forma consecuente, te invitamos a enfocarte en aquellas actividades que realmente despiertan tu interés, ya estas representan el terreno óptimo donde se puede construir tu propósito.

1. El trabajo es un medio, no un fin

Cuando piensas en tu trabajo como un medio, y no como un fin, entiendes que ese trabajo que no termina de llenarte es una experiencia más que vives, buena o mala, la cual te deja grandes enseñanzas de vida, que puedes llegar a aprovechar siempre y cuando le pongas conciencia.

¿Cómo obtener provecho de este tipo de situaciones?

Identifica qué puedes aprender de tu trabajo actual, ya que esto será fundamental para encontrar tu propósito de vida.

Además, seguro que no todo lo relacionado con tu trabajo es malo. Debes, encontrar aquellos aspectos que disfrutas y te hacen crecer; bien sea tus compañeros de trabajo, la remuneración que recibes, el ambiente laboral, …

Tu labor es encontrar y distinguir cuáles son las que te hacen sufrir y las que te hacen progresar. Tener esto claro te pone en una posición ganadora respecto a tu futuro, ya que sabrás en qué campos te podrás enfocar y en cuáles no.

2. La importancia de probar cosas nuevas

Antes de tomar una decisión regálate la oportunidad de probar cosas nuevas. Para esto debes utilizar eficientemente tu tiempo libre.

La gran mayoría de personas que viven insatisfechas con la vida que llevan, no hacen nada para solucionarlo. Se quejan desde su cama, con un teléfono en la mano y envidiando todas las apariencias que ofrecen las televisiones y las redes sociales.

Son soñadores frustrados que tienen la solución en su tiempo libre, pero prefieren quejarse, porque es más fácil lamentarse que actuar en la búsqueda de un propósito.

Pregúntate qué estás haciendo en tu tiempo libre; asiste a cursos de temas que te llaman la atención, compra un libro de algo interesante, aprende como crear un blog donde hables de tus experiencias personales, conoce personas nuevas de otros campos de conocimiento, haz cosas diferentes.

3. Analiza tus mejores habilidades profesionales

Si quieres encontrar la carrera que te enamore, debes partir desde la identificación de tus fortalezas, o aquellas habilidades que te permiten diferenciarte del resto de personas.

Para lograrlo, responde a estas tres preguntas que te permitirán identificar tu propósito de vida:

¿Cuáles son mis habilidades? ¿mis fortalezas? ¿mis debilidades?

Si tienes dudas, consulta con tus amigos de confianza y con personas que te conozcan bien sobre tus mayores habilidades, fortalezas y tus debilidades.

Analiza sus aportaciones, compáralas con tus propias percepciones y saca conclusiones.

Decisiones y Oportunidades

Después de colectar toda esta información a través de estos pasos, tendrás el criterio y las bases suficientes para tomar decisiones importantes.

Por ejemplo, tendrás una gran cantidad de oportunidades, tales como:

  • Buscar un trabajo nuevo según tus habilidades. Aprender cómo iniciar un negocio propio en tu tiempo libre.
  • Buscar un socio que complemente tus habilidades y fortalezas y trabajar con ellos.
  • Crear una empresa con tus amigos que te complementen.
  • Comenzar a ganar dinero por internet haciendo algo que te apasione.

4. Mantén viva tu curiosidad

Cuando tienes la iniciativa de seguir aquellos intereses poco comunes, no habituales, sales de tu zona de confort y te abres mentalmente a la posibilidad de explorar nuevas cosas.

Un ejemplo de esto es la anécdota, poco conocida, de Steve Jobs. Este reconocido genio de la tecnología, en un momento de crisis, decidió seguir un curso sobre caligrafía lo que le serían de utilidad cuando diseñara las tipografías del primer Mac

5. El dinero no puede ser tu principal motivación

Si estás buscando tu propósito de vida, y pasar tus años haciendo algo que te gusta, la mejor manera de empezar es tratar a las preocupaciones financieras como algo secundario.

Con esto no estoy diciendo que no sean importante tus finanzas personales. Es fundamental que aprendas cómo gestionar tu dinero y cómo generar nuevas fuentes de ingreso.

Ahora bien, si limitas tu propósito de vida a la cantidad de dinero que puedes ganar en la actualidad, difícilmente encontrarás algo que realmente te interese.

6. Ten criterio. Diferencia entre placer, pasión y propósito:

En su libro “Delivering Happiness” Tony Hsieh plantea que existen varios tipos de felicidad: el placer, la pasión y el propósito.

El placer: Es la felicidad del corto plazo, esa que disfrutamos en el instante y que la despierta las cosas materiales.

La pasión: Esta felicidad que implica un mayor compromiso, ésta nos hacer sentir que el tiempo vuela y que todo lo demás pierde su importancia para nosotros.

El propósito: Por último y más importante, esta felicidad es la que a diario debemos salir a buscar, y la cual se encuentra cuando hacemos parte de algo que es más grande que nosotros mismos.

El propósito se convierte en una razón para levantarse temprano, con energía, para sacrificar cosas que nos gustan y que, por encima de todo, le da sentido a nuestra vida.

Para construir el propósito de tu vida tendrás que tomar decisiones, y a su vez, renunciar a muchas otras.

Suele ocurrir que cuando una persona no tiene una pasión o no ha construido su propósito, tiende a anteponer lo urgente por encima de lo importante.

Conclusiones

No minimices tus sueños al tamaño de tu realidad actual, más al contrario, trabaja para que tu versión actual adquiera las habilidades necesarias para que tus sueños, y propósito de vida, se hagan realidad.

Debemos saber, que tener un propósito en nuestras vidas, más que un camino hacia la felicidad es la felicidad en sí misma.

Construyamos un propósito de vida. Seamos honestos con nosotros mismos. Eso es felicidad. Eso es vivir con sentido.

Para ampliar información ver http://sumafelicidad.es/todos-tenemos-un-proposito-de-vida

Tuneado del artículo aparecido en https://www.emprendiendohistorias.com

Autor: Diego Ortiz