En la actualidad hay una corriente de positivismo bastante interesante.
Hay mucha literatura, técnicas, estrategias e información para que aprendas a ver la vida desde un punto de vista más positivo, lo que te ayudará a ser más feliz y a aprovechar la mayor cantidad de oportunidades posible.
Asimismo, no está de más decir que la energía que las personas positivas irradian, atrae a otras personas con ese mismo estilo de vida.
Según www.gananci.com, tener una actitud mental positiva no es sencillo, requiere tener confianza en ti y en tus habilidades y saber que el único que se pone límites eres tú, y, en especial debes mantener tu mente alejada de todo pensamiento negativo.
Esa última frase “todo pensamiento negativo” puede ser un poco ambigua porque todas las personas percibimos las situaciones de distintos puntos de vista, lo que quiere decir que algo que sea negativo para ti, no precisamente tiene que serlo para otros.
A pesar de que la psicología positiva da herramientas para que las personas tengan mayor felicidad en sus vidas, tiene detractores que se basan en argumentos que no son precisamente los más sólidos.
Sin embargo, siguen creciendo en seguidores debido a que incluso algunos psicólogos están avalando dichos argumentos, pero son más personas los que están a favor que quienes están en contra.
Si tú todavía no estás totalmente convencido porque has estado leyendo las opiniones de personas que no están de acuerdo, lo más probable es que también hayas leído los beneficios que aporta a las personas el tener pensamientos positivos.
Por eso a continuación describiremos cuáles son esos mitos que a veces se dicen acerca de la mentalidad positiva, pero están lejos de la realidad:
1.- Ser positivos es un requisito
la cultura del positivismo no es un requisito que debes cumplir, sino algo que tú eliges para estar bien.
Así como tienes la capacidad para elegir los alimentos que consumes en tu día a día y puedes optar por los más saludables o elegir comer solo aquellos que tengas a la mano -incluso cuando no tengan valor nutricional- así también tienes la oportunidad de elegir los pensamientos que se instalan en tu mente.
Ser positivo no es un requisito obligatorio, así como no lo es comer vegetales todos los días, pero sí es una forma de vida que te traerá muchas más satisfacciones que cuando eliges engancharte en los sentimientos negativos relacionados a situaciones difíciles o incómodas.
Es decir, aunque no sea algo obligatorio (porque puedes vivir sin ello) definitivamente estarás mucho mejor cuando vuelves los pensamientos positivos parte de tu cotidianidad.
Si te alimentas mayormente de comida chatarra seguirás viviendo y quizá por mucho tiempo, pero tus probabilidades de sufrir enfermedades y obesidad son mucho más altas que si tuvieras una alimentación óptima.
2.- Si eres positivo no se te permite llorar
Por supuesto que tenemos reacciones diferentes ante los estímulos.
Nuestras emociones están diseñadas para ello, así que es imposible responder con alegría absolutamente a todas las cosas que nos ocurren, eso no sería normal.
Ser positivos no implica estar con una sonrisa en la cara 24/7 y que no tengas la oportunidad de vivir el duelo cuando ocurren situaciones difíciles.
La tristeza y el miedo son sentimientos que son necesarios vivir y expresarlos.
Cuando los reprimes y tratas de engañarlos podrías tener graves consecuencias emocionales y físicas.
Ser positivo incluye quererte y apreciarte incluso con toda la gama de emociones que puedes llegar a sentir.
No vales menos porque eres propenso a llorar o por evitar a toda costa hacerlo.
Las personas positivas suelen tener una mejor autoestima
Una de las personas que se dice “en contra de la cultura del positivismo” es el psicólogo danés Svend Brinkmann y él mismo expresa: “creo que nuestros pensamientos y emociones deben reflejar el mundo. Cuando algo malo sucede, se nos debe permitir tener pensamientos y sentimientos negativos sobre eso porque así es como entendemos el mundo” y consideramos que tiene toda la razón.
Tener una actitud mental positiva no significa que no puedas tener este tipo de emociones, sino saber manejarlas de tal manera en que no te quedes enganchadas en las mismas.
Está bien sentir dolor (o cualquier otra emoción negativa y expresarla) pero cuando no dejas ir esa emoción para cerrar el ciclo, corres el riesgo de que la misma se convierta en un estado de ánimo.
El estado de ánimo juega un papel fundamental en nuestro comportamiento en general, así que cuando nuestro estado de ánimo es el miedo, lo más probable es que dejemos de hacer muchas cosas que serían buenas para nuestra vida por temor a arriesgarnos.
Cuando dejas que la tristeza se instale por más tiempo del saludable, la misma se puede convertir en un estado de ánimo que se llama depresión lo que es una patología tratable por profesionales.
Por estas razones es preferible vivir cada una de las emociones que amerite cada situación, pero luego volver a nuestro estado de ánimo habitual que tiene el poder de impulsarnos cada vez más lejos.
3.- La actitud positiva es una farsa
Aunque podamos cultivar la actitud positiva gracias al aprendizaje, no tiene por qué ser una farsa.
Pongamos este ejemplo: una persona que ha sido de contextura gruesa toda su vida se pone como meta adelgazar, por lo que entra en un régimen de alimentación y ejercicio que le permite ser delgado y mantener su cuerpo en forma.
No podemos decir que esa persona es “delgada de mentira”, porque trabajó duro para llegar hasta donde está, aunque haya otros que genéticamente sean delgados sin hacer ningún tipo de ejercicios y comiendo todo lo que les venga en gana.
Lo mismo ocurre con las personas que tienen una actitud positiva, puede que no sea empírica sino aprendida a través de lecturas de autoayuda, experiencias, talleres y más, pero esto no quiere decir que sea una farsa, sino una meta que se propusieron y a la que lograron llegar.
Los pensamientos positivos no tienen que ser necesariamente reacciones, la reacción será lo más primitivo ante los estímulos, pero sí será el resultado de conocer nuestras propias emociones y actuar con dominio propio.
Lecciones aprendidas
Una persona con actitud mental positiva puede sentirse mal porque el proyecto que le presentó a su jefe fue rechazado a pesar de tener semanas trabajando en él.
Esa reacción es la más natural y saludable, quizá sienta frustración y hasta rabia, pero luego tomará eso, lo dejará atrás de sí mismo y buscará la manera de aprender de esa experiencia.
¿Qué fue lo que hice mal esa vez? ¿Cómo puedo mejorarlo? ¿Cómo hago para que mi proyecto no sea rechazado esta vez? ¿Qué es lo que me hace falta ser aprobado?
Son algunas de las preguntas que te harás y lo más probable es que más adelante seas capaz de presentar un nuevo proyecto mejorado gracias a la experiencia que obtuviste del rechazo anterior.
Si ese mismo empleado no tuviera una actitud mental positiva seguramente se rendiría luego de su rechazo porque se lo tomaría personal
¿Para qué voy a perder el tiempo preparando otro proyecto si a mi jefe no le gusta lo que hago? Podría ser la pregunta/excusa que se coloque para evitar ser persistente.
Ser una persona positiva y entusiasta no es alguien que no siente, sino quien ha logrado conocer y controlar sus emociones.
Por supuesto que no todo será color de rosa y habrá muchas ocasiones donde sea más difícil volver al cauce deseado, pero todo se trata de fuerza de voluntad y práctica, ya luego llegará un momento donde fluirá más orgánicamente
Tuneado de la entrada en www.antonimartinezpsicologo.com
Autor: Antoni Martínez
Si te interesa profundizar en los pensamientos positivos, consulta http://sumafelicidad.es/pensamientos-positivos-y-felices-te-hacen-mas-competente